Luego de que el diputado Andrés Molina revelara que ofició al rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, por un supuesto nexo de la casa de estudios con un «grupo guerrillero», la polémica se instaló. Sin embargo, fue la propia organización, llamada Escuela de Autodefensa ACAB, quien salió a explicar la situación.
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En un extenso comunicado a través de sus redes, la agrupación aclaró que lleva dos años en funcionamiento y que funciona como un grupo autogestionado deportivo-social. A su vez, señalan que sí participaron en una actividad dentro de la universidad, pero que en ningún caso corresponde a un «grupo que esté armando la guerrilla dentro de la institución».
«Declaramos que la Escuela de Autodefensa ACAB funciona en total independencia de cualquier organización externa, siendo todo llevado por el esfuerzo de jóvenes deportistas quienes, con sus propios recursos, han gestionado los espacios y materiales utilizados. Ligado a lo anterior, declaramos que nuestra escuela es totalmente gratuita y autogestionada, siendo financiada por medio de actividades tales como completadas, rifas y eventos realizados por sus propios miembros», detalla el comunicado.
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Sobre la presencia de ellos en la universidad, y que causó un oficio del diputado Molina, la agrupación relató que «fuimos invitados por el Centro de Estudiantes de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, manifestándonos ellos su interés por nuestras actividades y la posibilidad de realizarlas en salas destinadas a diversos talleres impartidos en la universidad. La Escuela de Autodefensa ACAB no cobró ningún tipo de remuneración ni al centro de estudiantes ni a la Universidad, como tampoco pidió implementos, siendo éstos llevados por nuestros miembros y ofrecidos para su uso de manera gratuita».
Junto con eso, rechazaron la tesis del diputado de que formen parte de una agrupación de corte internacional desestabilizadora. «Como Escuela rechazamos tajantemente el apelativo de “grupo de guerrilla” que el diputado ha usado en referencia a nosotros, tras el cual comprendemos la intención de hacernos ver como un grupo violento y limitar nuestra labor a ello (…) jamás hemos participado de actos violentos ni hemos incentivado el empleo de lo aprendido más allá de la clase y las competencias deportivas».
En esa línea, aclararon que la escuela nació «de la urgencia de atender a problemáticas sociales, siendo la reducción y caricaturización del deporte como violencia no sólo una falta de respeto hacia nuestra escuela, sino también hacia el deporte mismo, como también una muestra flagrante de la ignorancia del diputado en cuestión».
Respuesta de la U. de Chile
A través de una aclaración -que también fue la respuesta al oficio-, la U. de Chile detalló que «luego de una exhaustiva revisión en todas las unidades académicas y administrativas, nuestro plantel no imparte ningún programa extracurricular ni académico con ese nombre (Escuela de Autodefensa ACAB) ni tampoco de las características señaladas por el parlamentario.
Eso dice en relación a que el único taller de autodefensa detectado en la casa de estudios decía relación con una solicitud en la Facultad de Arquitectura, donde las clases se impartieron con el nombre de «taller de autodefensa».