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Festival orquestado: destapan cómo se ocultaban las pifias a la alcaldesa en la Quinta Vergara

Ponen en duda la presencia de Reginato en la próxima versión debido a la grave situación que la afecta luego que la Contraloría detectara millonarias irregularidades en su gestión.

A sólo cinco semanas del inicio del Festival de la Canción de Viña del Mar, la situación que enfrenta la alcaldesa de esa ciudad deja en la incertidumbre una serie de situaciones propias de la organización del tradición evento musical.  La Contraloría General de la República  detectó diversas irregularidades en la auditoria que se le realizó al municipio de la Quinta Región, entre las que destaca un déficit superior a los $17.500 millones.

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Según el informe, que da cuenta de los saldos de ingresos y gastos del municipio hasta el 31 de diciembre de 2017, el déficit corresponde a $17.585.250.174, situación financiera que no fue informada en las cuentas públicas de 2015 y 2016, cuando se comunicó un superávit que no era real.

Este martes Virginia Reginato acudió hasta el Tribunal Electoral Regional de Valparaíso para declarar en el marco de la acusación en su contra por «notable abandono de deberes y faltas graves a la probidad administrativa», presentada el 20 de marzo de 2019 por cuatro concejales de oposición. Luego de ella, fue objeto de una «funa» por parte de un grupo de personas que gritaron en su contra y le lanzaron algunos objetos, mientras era protegido por colaboradores cercanos.

En ese contexto, una de las incógnitas que rodean al FVM es saber si la cuestionada alcaldesa seguirá teniendo el rol protagónico de siempre, y que le permite opinar de los artistas contratados, de los shows de cada día y asistir cada noche al palco vip de la Quinta Vergara. E, incluso, ser parte de la ya modificada «alfombra roja» donde se mostraban las figuras, las joyas, los vestidos y la antigua pompa del Festival.

La concejala Marcela Varas Fuentes, quien impulsó la investigación financiera de la casa comunal, sostiene que «a ella le gusta mucho todo lo que rodea al Festival como un show, y no tanto lo que tiene que ver con su parte social e histórica respecto a Viña del Mar», expresa. Y recordó una anécdota reveladora del año pasado, cuando las pifias del público se hicieron sentir mientras los animadores ponían todo su entusiasmo para anunciar la presencia de Reginato con la fanafarria respectiva: «En ese momento la instrucción era que la orquesta tocara más fuerte y en la transmisión de televisión se subiera el volumen de la música. De ese modo se evitaba que se notara la reprobación a la alcaldesa», explicó. Un viejo y mañoso recurso que nunca falla…

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