Hace algunos días la muerte de una adolescente belga de 17 años por un shock tóxico causado por un tampón menstrual impactó al mundo. Y ahora la historia se repite con el caso de la enfermera francesa Sandrine Graneau, quien salvó de morir, pero sufrió la imputación de varias extremidades, narra el diario galo Le Pariesen.
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La mujer de 36 años también fue víctima de un shock tóxico por el uso de un tampón y ahora ha creado una fundación con el fin de visibilizar los efectos de vivir con discapacidad tras perder ambos pies y varios dedos de las manos.
Graneau cuestionó la poca información que se entrega a las mujeres en el uso de tampones y copas por parte de las empresas que elaboran estos productos: «Según el fabricante, está escrito en las instrucciones que las copas se pueden llevar puestas 4, 6, 8 ó 12 horas ¿Por qué no se indica un tiempo de uso claro y ordenado», se cuestiona la enfermera.
Las autoridades sanitarias francesas han solicitado, de hecho, que se mejoré la información que se le entrega a quién consumen estos productos.
El caso de Graneau se gatilló en abril cuando usó una copa por un tiempo que no recuerda. Comenzó con dolores leves que se fueron intensificando. En un primera diagnóstico adujeron cálculos renales, pero luego se confirmó que se trata de un shock tóxico.
La enfermera decidió hacer público su caso ahora después de la muerte de una adolescente belga, para visibilizar de este problema y corregir los problemas que hay en el uso de estos productos.