Se iba a cumplir recién un mes desde el estallido social, mismo periodo en que los combustibles no anotaron variaciones. Cuando esto comenzaba a llamar la atención, fue el propio ministro Briones, a mediados de noviembre, el que reconocía que le había pedido a Enap el absorber los incrementos y que mantuviera congelados los precios, aunque recalcó que la medida era excepcional.
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Se acabó esa excepción y desde entonces solo hemos visto cómo las alzas han sido sucesivas. El pasado jueves, se completaron diez subidas consecutivas. Esto solo ayudó a que, por ejemplo, en el útimo año el valor promedio de la becina de 95 octanos en la Región Metropolitana subió 128 pesos, pasando de $758 en enero de 2018 hasta los actuales $886. En paralelo, quienes tienen autos petroleros tampoco lo han pasado mejor, ya que el diésel pasó de $532 a $659, según datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE).
Pero analizando solo lo que ha pasado en los últimos tres meses, hay un solo gran responsable para llegar a estos valores: el dólar. Una vez desatada la crisis a nivel país, el billete verde se disparó a niveles récords, llegando a picar sobre los $840 en alguna jornada de transacciones en el mercado local y cerrando el 28 de noviembre en su valor más alto en la historia: $829.
Luego de eso el Banco Central decidió intervenir y salió a vender dólares, logrando su objetivo, ya que el billete verde ha retrocedido hasta los $777 del cierre del viernes, aunque la bencina sigue subiendo.
“En la medida que el dólar se disparó en noviembre, las importaciones de petróleo se efectuaron a un costo mucho más alto. Sin embargo, la escalada de subidas en el precio al consumidor se va generando una vez que el inventario llega, se almacena y distribuye, por lo que no es inmediato. Si bien las tensiones y el dólar han bajado, los efectos se irán reflejando lentamente”, explica Diego Mora, analista de mercados de XTB Latam.
Mientras tanto es el Mepco el que opera para que los incrementos semanales no sean tan fuertes, pero los va distribuyendo en subidas menores de $6 cada semana. Y pese a que el conflicto que hubo entre Irán y EEUU a inicios de mes ya se calmó, el precio del petróleo tampoco es que ayude demasiado.
En ese sentido, el analista explica que “la función del Mepco es asegurar una fluctuación máxima semanal, además de ahorrar en épocas de petróleo ‘barato’ para compensar épocas más caras”. Sin embargo, Mora subraya que el barril de petróleo se ha mantenido sobre US$50 hace varios meses, “lo cual hace difícil generar un excedente para ahorrar”.
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¿Y qué se puede esperar para el futuro próximo? Nada muy positivo, a decir verdad. El viernes pasado el Banco Central publicó la la Encuesta de Operadores Financieros (EOF), en la que los analistas no ven que la moneda estadounidense se aleje mucho de los $770.
Mientras que respecto del crudo, tampoco daría muestras de retroceder. Mora indica que los países productores están evaluando recortes por lo que si esta medida se amplía en tiempo y cantidad, “el petróleo seguirá subiendo”, advierte. A ello, se debe sumar que el valor de este “tiene una relación directa con la evolución económica, que en economías desarrolladas crecen a un ritmo estable”, añade.
Con este panorama, el analista es claro en señalar que “no hay factores que nos inviten a pensar en bencinas más baratas en el siguiente trimestre”.
Lo más barato para viajar
Ya se acaba enero, pero todavía queda todo febrero para quienes aún no salen de vacaciones. Y para los que tienen la posibilidad de hacerlo, seguramente también están considerando la situación económica no muy alentadora por estos días. Por ello cada peso que se pueda ahorrar cuenta.
Para quienes viven en Santiago, lo más cercano y económico es moverse a algunas de las playas de las regiones de Coquimbo y Valparaíso, considerando el traslado en auto o en bus.
Ambas opciones presentan diferentes costos: mientras en el primer caso hay que pagar por el combustible y los peajes, en el segundo solo se debe pagar el pasaje, aunque si se considera una familia de cuatro integrantes, el gasto por el ticket se multiplica.
Sin embargo, “dado que la industria de los buses interurbanos también se ha visto muy afectada, sobre todo durante octubre y noviembre del año pasado, en esta temporada se están lanzando buenas promociones y hay una gran variedad de precios para una misma ruta”, afirma Lennart Ruff, cofundador de Recorrido.cl, plataforma online de cotización de pasajes.
Así, lo importante es analizar toda la oferta disponible, ya que menciona que un pasaje semicama de Santiago a La Serena para el viernes 31 de enero oscila entre $9.900 y $16.600.
Así si comparamos cuánto cuesta viajar de Santiago a Viña del Mar, las diferencias entre ambas alternativas no es muy grande, aunque por un lado debe considerar qué es lo más cómodo para su familia, pero también si considera trasladarse cuando los peajes están en valores normales y no en su peak.
En tanto, si su destino es una comuna como El Quisco, tiene que saber que si se va en su vehículo podría gastar $12.500 aproximadamente, mientras que cuatro pasajes en bus de ida saliendo desde la capital suman $26.400.
Caso distinto es si viaja a La Serena o Coquimbo, donde la comparación de costo entre bus y auto depende del tipo de servicio que prefiera en el primero entre semicama y salón cama, donde la suma de combustible y peaje es menor si prefiere la segunda alternativa.