Un escudo sanitario robusto, fortalecido en los últimos 20 años, constituye la meridiana garantía de que Chile y su sistema de salud (público y privado) están preparados para enfrentar la propagación del nuevo virus, familia de los agentes SARS y MERS-Cov, mejor conocido como el coronavirus.
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Según la Sociedad Chilena de Infectología, «el periodo de incubación, patogénesis, mecanismos de transmisión de esta infección están en estudio. Corresponde a una zoonosis y se cree que el reservorio pudieran ser las serpientes. En este brote se ha demostrado la ocurrencia de transmisión persona a persona y transmisión al personal de salud, que atiende a estos pacientes».
El médico veterinario, Ignacio Troncoso, especialista en zoonosis del Colegio Médico Veterinario, descartó que la fauna silvestre del país presente riesgo alguno para la población, tal y como sucedió en China. «El riesgo es mínimo, ya aquí está prohibido el comercio de esas especies y existe un control riguroso por parte del Servicio Agrícola y Ganadero. Hasta ahora, el contagio se ha asociado a los murciélagos, pero acá no tenemos esas especies», comentó Troncoso, quien apuntó a extremar la vigilancia en los ingresos de turistas, que hayan visitado las áreas más sensibles. «El 90 % de los casos pertenecen al continente asiático», comentó.
La Doctora Jeanette Dabanch, integrante del Comité de Infecciones Emergentes, dependiente de la Sociedad Chilena de Infectología, indicó que en los últimos 20 años y muy especialmente desde la última pandemia de influenza (2009), Chile ha mantenido severos protocolos de seguimiento para proteger a su población.
«Hay que recordar que no sólo es aplicable a las infecciones emergentes, sino las reemergentes, como el sarampión. Hasta ahora no hemos visto el primer caso. El comité, que se ha mantenido en estrecha comunicación, entregó un documento al Ministerio de Salud, donde entregamos proposiciones a ser aplicadas desde Arica hasta Punta Arenas. El secreto está en la detección oportuna de los `casos sospechosos´, por lo que cada centro de salud debe aplicar esas medidas básicas e irrenunciables para evitar cualquier propagación de virus alguno», indicó la especialista.
Desde la ciudad de Washington, la doctora María Paz Bertoglia, vicepresidenta de la Sochepi y profesora de la Universidad de Chile, argumentó que «sin desconocer que existen condiciones precarias en varios hospitales que deben ser enfrentadas y abordadas, el sistema de vigilancia epidemiológica en nuestro país es robusto y permite confiar que se pesquisarán los casos sospechosos».
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Bertoglia agregó que «el ministerio de salud debe hacer llegar las normativas a los equipos clínicos, tanto para facilitar el diagnóstico como para prevenir contagios y compartir las normativas clínicas que ya han sido desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud, para que sean conocidas por todos los equipos en los centros asistenciales, tanto públicos como privados”.
Los especialistas coincidieron en que «el miedo es peor que la epidemia y hace más daño», por lo que informarse através de los canales oficiales y guardar las medidas sanitarias reduce los márgenes para la propagación de este letal virus.