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La situación en China debido al brote de coronavirus llevó a la Comisión Nacional de Salud y los ministerios de Asuntos Civiles y de Seguridad Pública locales a tomar estrictas medidas con los decesos por la enfermedad.
Según las órdenes, se prohíben las ceremonias de despedida a los difuntos y no podrán sepultados ni transportados dentro del país aunque su familia lo decida. En lugar de eso, todos los cuerpos serán desinfectados y colocados en bolsas sellables para ser llevados al crematorio más cercano, donde serán incinerados.
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En los casos de ciudadanos extranjeros, en tanto, su cadáver será cremado y sus cenizas serán transportadas fuera del país, según lo pidan los cercanos al afectado.
Esto se suma a la petición hecha con anterioridad para suspender los matrimonios que se debían realizar este domingo, considerado un día de buena suerte en China, el cierre temporal de los servicios de asesoría nupcial y el pedido a la población que no realice banquetes de boda para evitar aglomeraciones.
Mientras tanto, para este lunes se espera la entrada en servicio del hospital provisional «Huoshenshan», que se construyó en diez días para atender a víctimas de la neumonía viral en la ciudad de Wuhan. Con 34 mil metros cuadrados construidos y capacidad para mil pacientes, será atendido por personal médico de las fuerzas armadas.
En otra medida para evitar la propagación del virus, este domingo se cerraron las carreteras de acceso a la ciudad costera de Wenzhou, la primera urbe que sufre esta medida fuera de la zona mayormente afectada por el brote. Las autoridades recomendaron a sus nueve millones de habitantes que solo salgan de sus casas si necesitan ayuda médica, y se decidió que solo un miembro de cada familia podrá salir de la ciudad cada 48 horas para solucionar asuntos urgentes.
Según los últimos datos, el número de fallecidos se elevó a los 362 , mientras que la cifra de infectados en territorio chino se situó en 17.205. En tanto, la enfermedad ha llegado a otros 23 países.