La muerte de Violeta Parra, por su propia mano, fue un tiro al alma sensible del país. El domingo 5 de febrero de 1967 un balazo terminó con la vida de una artista insuperable y contradictoria como todos los genios. De otro modo no se entiende que eligiera el suicidio, por amor y desconsuelo, después de engendrar un himno antológico como «Gracias a la vida» que ha sido replicado billones de veces en todos los idiomas.
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A pesar de las historas reales y ficticias que se tejieron en torno a su existencia, la última carta escrita Violeta antes de su desaparición fue revelada recién después de 50 años del episodio fatal y entrega revelaciones en torno a distintos temas como su relación familiar, su percepción del machismo de la época ysu admiración por Nicanor Parra, entre otros.
“Si juntamos dos mil hombres no alcanza a salir de ellos un cuarto de hombre / Desesperada, nada. Clarificada / Dice uno por ahí que los Parra son cortados a una misma tijera. El que lo dice debe haberlo cortado por un serrucho / Yo no me suicido por amor. Lo hago por el orgullo que rebalsa a los mediocres”, escribió Violeta en aquella carta que fue encotrada en sus piernas el día final y cuyo contenido que fue revelado en el libro «Violeta Parra: la violenta Parra», escrito por la periodista Sabine Drysdale, perfil que integra el libro Extremas, editado por por Leila Guerriero.
«Frei es un farsante, Fidel es un romántico»
“Mi madre es una reina mañosa / La Carmen Luisa despertará frente al vacío que deja su madre / Me cago en los discursos de despedida“, expresa en otro párrafo..
Violeta es dura en muchas afirmaciones que se dejan ver entrelíneas. “Los revolucionarios clandestinos le han quitado una luchadora al país / No tuve nada. Lo di todo. Quise dar, no encontré quien recibiera», sostiene.
Su mensaje es doloroso, incluso para refereirse a sus hijos y tampoco escabulle las definiciones políticas, fuertes como ella: «Ángel está prisionero. Isabel también. Carmen Luisa también, pero de la nebulosa. Y no como los anteriores huevoncitos grandes. Los deslumbran los encerados / Pucha qué gran tipo es Nicanor. Sin él no habría Violeta Parra. Pero al pobre yo le escondo todo porque le rompe el corazón / El presidente Frei es un farsante. Fidel es un romántico. Lenin se equivocó / No quiero que mis hijos sean más cobardes”, escribe.
Fueron las últimas líneas de Violeta, que pasó a la inmortalidad ese nefasto domingo de febrero, hace 53 años. Tenía apenas 49 y quince meses antes había creado «Gracias a la Vida»…
