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La muerte de “Popeye” reavivó las historias de terror de sus tiempos como sicario de Pablo Escobar

Tras integrarse al Cártel de Medellín, el prontuario criminal de Jhon Jairo Velásquez se extendió ampliamente. Algunos de sus delitos lo dejaron 23 años tras las rejas. Luego de recuperar su libertad, fue encarcelado nuevamente en 2018, donde permaneció hasta su muerte.

(William Fernando Martinez/AP)

Solo y con escasos amigos de aquellos que le rodearon en tiempos de gloria y poder, en el Instituto Cancerológico de Bogotá falleció Jhon Jairo Velásquez Vásquez, más conocido como Popeye, el sicario más famoso de Pablo Escobar Gaviria.

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Desde el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) anunciaron que el deceso se produjo debido al cáncer al esófago que padecía y que había hecho metástasis en sus pulmones e hígado.

Popeye estaba cumpliendo su segunda condena por extorsión y concierto para delinquir, el delito vinculado a la asociación criminal ilícita que lo mantuvo tras las rejas hasta su muerte.

Nacido en Yamural, en el departamento de Antioquia, fue el cuarto hijo de una familia de clase media. Pasó por la educación que entrega la policía y la Armada. Sin embargo, tras su retiro por falta de vocación, se unió al círculo de máxima confianza de Pablo Escobar, líder del Cártel de Medellín.

Cuando conoció la propiedad de Escobar, en la que había grandes lujos y animales exóticos, supo que quería estar ahí. En 2009 dijo a la revista colombiana Don Juan: «Vi a ese señor y sinceramente vi a Dios. Desde ese momento hice todo lo que estuvo a mi alcance por estar cerca de él. Luego me convertí en conductor de su organización y después integré la banda de sicarios que trabajaba para el Cártel».

Carrera delictual

Tenía 54 años y contaba con un largo prontuario criminal del que se jactaba abiertamente en los medios. Reconoció su responsabilidad en la muerte de al menos 300 personas y la participación en el deceso de otras tres mil.

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Se le señaló por los medios como jefe de los sicarios del Cartel de Medellín, la organización criminal asociada al tráfico de cocaína y al terrorismo, en la que participaba junto a Escobar.

A lo largo de su carrera delictual confesó el secuestro de Andrés Pastrana Arango, quién sería más tarde presidente de Colombia; del periodista Francisco Santos, más tarde vicepresidente del país y del ex director del diario El Espectador, Guillermo Cano.

También asumió, entre otros delitos, el secuestro y asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos y participó en el homicidio del gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancourt.

Junto a Jhon Jairo Arias Tascón, más conocido como «Pinina», asumió el asesinato del comandante de la policía, el coronel Valdemar Franklin Quintero y del candidato presidencial Luis Carlos Galán.

Se le ordenó el asesinato de Wendy Chavarriaga, la amante de Pablo Escobar y compañera sentimental del mismo Popeye, debido a su rol como informante para la policía.

En una entrevista en la que habló por este hecho, lo detalló: “Pablo se dirigió a mí y me dijo que sabía de lo mío con su amante, pero a su vez su mujer era una confidente. Él fue claro, ‘o tú o ella’, no lo dudé ni un solo segundo”.

Tras las rejas

En 1992 fue capturado por acusaciones de narcotráfico y concierto para delinquir con fines terroristas y homicidas. Tras ser condenado, estuvo 23 años en prisión.

En agosto del 2014 se anunció que se le otorgaría libertad condicional luego de haber cumplido tres quintas partes de su condena. Sin embargo, en 2018 fue capturado nuevamente por extorsión y crimen organizado.

Estuvo preso hasta su muerte, durante la madrugada de este jueves.

La fama

Velásquez organizó un canal de YouTube llamado Popeye Arrepentido en el que compartía su reinserción en la sociedad tras haber estado 23 años preso.

Además, comentaba en ella abiertamente sus pensamientos. Se reconocía a sí mismo como partidario de la ultraderecha. Incluso en un vídeo publicado en noviembre del 2017 apoyó la candidatura del presidente Sebastián Piñera y criticó a Alejandro Guillier argumentando que “los comunistas aman tanto a los pobres que los multiplican, los comunistas están acabando con el mundo”. Tambièn mantuvo lazos con algunos barristas colocolinos.

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