El miércoles pasada y sin mayor alarde ni informar directamente a los medios, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informaba que hubo una “actualización” en el costo de la electricidad en el IPC de enero. La información no tuvo repercusión hasta el final de esa semana, desatando una nueva ola de cuestionamientos.
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Cabe recordar que en mayo de 2019, el director de la entidad, Guillermo Pattillo, informaba de una eventual manipulación de datos en este indicador del costo de la vida en dos meses de 2018, por lo que este nuevo episodio pone nuevamente bajo la lupa a este organismo.
Sin embargo, las críticas apuntan precisamente contra la cabeza del INE. Si en noviembre una investigación de la Cámara de Diputados cuestionó que dicha situación ocurriese y acusó a Patillo de haber sido “imprudente” al ponderar las evidencias, esta vez, fueron los trabajadores del INE quienes salieron a criticarlo.
La Asociación de Funcionarios del INE (Afine) acusó que esta “actualización” en el dato del costo de la electricidad en enero “viene a convertirse en un eufemismo que intenta ocultar errores en el cálculo del indicador; errores producidos, indudablemente, a razón de las constantes intervenciones a los equipos de precios», esto último “, so pretexto de una reestructuración que promueve la supuesta mejora de procesos hoy mantiene al departamento de Precios sin profesionales expertos ni jefatura idónea”.
Fue precisamente esos cambios los que ayudaron a hacer la corrección en el costo de la electricidad de enero, según el INE, el que mediante una declaración intentó explicar qué sucedió esta vez, el que se debió a Inexactitud en la ponderación de los datos que conforman este ítem dentro de la canasta y cómo se ingresaron al proceso de cálculo del indicador, lo que se identificó gracias a «los nuevos procedimientos, establecidos luego de desarrollos que comenzaron en mayo de 2019 por parte de los equipos de IPC del INE, que buscan perfeccionar y reforzar las metodologías de producción del IPC, con el objeto de identificar riesgos que puedan afectar el cálculo final del índice».
En el Gobierno no quedaron indiferentes ante este nuevo cuestionado episodio dentro del organismo. La ministra vocera, Karla Rubilar, habló de “debilidad institucional” y recordó que «hay un proyecto de ley que fue enviado hace unos meses atrás y que necesitamos reactivar con fuerza».
Asimismo, señaló que el ministro de Economía, Lucas Palacios, está preocupado de la situación y no descartó “está evaluando todas y cada una de las opciones al respecto de la situación», esto en medio de rumores cada vez más fuertes que hablan de la remoción de Patillo.
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Expertos urgen por autonomía
El proyecto que menciona Rubilar dice relación con potenciar al INE como un organismo autónomo y es, precisamente, lo que demandan con urgencia los expertos.
“Es sustancialmente importante que se avance en la autonomía del INE para que así un consejo de cinco expertos puedan dar cuenta de la calidad de los productos estadísticos”, sostiene Tomás Flores, investigador de Libertad y Desarrollo.
El también exsubsecretario de Economía recalca que para evitar nuevos episodios que cuestionen a la entidad “es muy importante que la carga de datos tenga doble y si es posible triple revisión para así evitar que esto vuelva a ocurrir”.
En la misma línea, Bernardo Javalquinto, académico escuela de Economía y Negocios de la U.Central, señala que “es tiempo que las reformas se hagan es para que sea una institución totalmente autónoma y alejada del Gobierno para que no sea vista de que los datos son manipulados”.
Añade que poner en cuestionamiento las estadísticas del INE “es grave no sólo para los inversionistas, académicos y todas las personas que tomamos decisiones basados en esta institución, sino para los ojos internacionales”.
El ex miembro del Banco Mundial insiste en que “mediciones erróneas, en este caso la del IPC, son graves, porque no sabemos realmente si existe o no existe una inflación y no podemos tomar decisiones basadas en supuestos”.
Y Javalquinto va más allá, porque recuerda que los datos de este organismo impactan en muchas decisiones públicas, por ello es relevante su fiabilidad. “Con la información depositada en esta institución podemos proyectar cuántos hospitales vamos a necesitar en 10 años más, cuántas viviendas, cuántos médicos cuántos informáticos”, apunta.