La defensa de uno de los seis imputados en el marco de caso AK-47, descartó la «teoría terrorista» que ronda la investigación, negando que la venta del arma de guerra tenga relación con los desmanes producidos en medio de las manifestaciones sociales de los últimos cuatro meses.
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El abogado Felipe Moraga, socio del estudio Gómez, Moraga, Yuseff, asumió la representación de J.J.V.M, quien está en prisión preventiva tras ser formalizado por el delito de porte y tenencia de arma de fuego.
Según detalló Moraga, se trata de un joven con un «perfil de coleccionista». «Él heredó un arma de larga data y por problemas económicos, la estaba vendiendo», detalló el jurista.
En ese sentido, enfatizó en que esta causa «no tiene nada que ver con la planificación de un atentado ni mucho menos. El arma incautada no estaba en su poder».
Así, el defensor reiteró que se trataría «más que nada, de una reliquia», afirmando que «no hay nada que acredite que se trata de un hecho de connotación de terrorista o de grupos organizados, como lo ha planteado el Ministerio Público».
Respecto de los pasos a seguir, sostuvo que gestionarán «una cautela de garantía para conocer los antecedentes pues nos parece que la causa esté reservada ni que la defensa no tenga acceso a la carpeta investigativa ni a la declaración del imputado».
«Vamos a desacreditar la tesis de la fiscalía sobre que aquí habría una venta de armas relacionada con temas de ultraderecha. Acá se está planteando un caso que no existe y, es más, solo sería un arma de reliquia», complementó.