Corea del Sur activó el nivel máximo de alerta el domingo por el nuevo coronavirus, mientras que Italia se convirtió en el primer país de Europa en establecer la cuarentena en varias ciudades, exactamente un mes después de que China hiciera lo mismo en la región epicentro del brote.
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Ante el rápido aumento de contagios, el presidente surcoreano Moon Jae-in decidió establecer «el más alto» nivel de alerta. La epidemia de COVID-19 está «en un momento decisivo. Los próximos días serán cruciales», estimó tras una reunión gubernamental.
Exceptuando el foco de infección del crucero «Diamond Princess» en Japón, Corea del Sur cuenta con el mayor número de enfermos (602 casos) después de China. El domingo se anunciaron tres nuevas muertes, por lo que ya hay un total de cinco en el país.
El domingo también se registró una tercera muerte entre los pasajeros del «Diamond Princess», según la cadena japonesa NHK. Se trata de un hombre de unos 80 años que contrajo el virus a bordo del barco y luego fue trasladado a un hospital local.
El presidente surcoreano Moon pidió a las autoridades tomar «medidas de una magnitud sin precedentes», cuando cientos de miembros de una misma secta cristiana están ahora contagiados en el sur del país. Más de 9.000 de estas personas están en cuarentena o han sido obligadas a permanecer en sus casas.
En cuanto a los fallecidos, Irán, con ocho muertos, es después de China el segundo país con más víctimas. Según un balance anunciado el domingo ya hay un total de 43 casos de contagio. La República Islámica anunció el sábado el cierre de los establecimientos educativos en 14 provincias, incluido Teherán.
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Corea del Norte, uno de los primeros países en cerrar su frontera con China, está por el momento a salvo del virus, pero su sistema de salud no estaría preparado para la epidemia, según expertos.
Israel, por su parte, anunció que cerca de 200 alumnos de tres centros del país deberán permanecer en sus casas 14 días, tras haber estado en contacto con turistas surcoreanos, que a su regreso a su país fueron diagnosticados con el nuevo coronavirus.
«Más de 100 casos» en Italia
En el norte de Italia, unas 52.000 personas se despertaron el domingo en zonas donde ni la entrada ni la salida estaba autorizada «salvo excepciones particulares», como anunció el primer ministro Giuseppe Conte.
Con el cierre de empresas y establecimientos, la cancelación de eventos culturales, y el aplazamiento de partidos de fútbol, el gobierno italiano trata de proteger una parte de las regiones de Lombardía (norte) y Véneto (noreste) para frenar la epidemia.
La primera medida de confinamiento en el mundo fue decidida el 23 de enero para los 11 millones de habitantes de Wuhan, ciudad del centro de China donde surgió la epidemia de neumonía viral en diciembre.
Las imágenes de televisiones italianas mostraban una ausencia total, por el momento, de barreras alrededor de las 11 localidades confinadas. El decreto ley prevé sanciones de hasta tres meses de cárcel para quien no lo cumpla.
El presidente de Lombardía, la región más afectada, afirmó que el país cuenta ya con «más de 100 casos» y reclamó mayores controles en las fronteras. Dos septuagenarios murieron por la enfermedad en el país en los últimos días.
En Italia es el país europeo más afectado por el virus. El foco se encuentra en Codogno, cerca de Milán. «Todos tenemos miedo, pero cruzamos los dedos, esperamos que todo vaya bien», declaró Rosa, una empleada de farmacia, el único tipo de establecimiento que puede permanecer abierto.
Giuseppe Conte advirtió que podría recurrir al ejército para vigilar los puntos de control.
Riesgos de expansión
En China, el balance se situaba el domingo en 2.442 muertos tras el anuncio de 97 nueva víctimas. Excepto uno, todos tuvieron lugar en la provincia central de Hubei, epicentro del brote.
El ministerio de Salud informó de 648 nuevos contagios, por lo que ya hay alrededor de 77.000 casos en todo el país.
El número de decesos anunciado el domingo para las últimas 24 horas sigue en ligero descenso, respecto a la víspera (109), pero los contagios aumentan (397 el sábado).
La expansión fuera del país está despertando una gran inquietud. La OMS teme «la posible propagación del COVID-19 en los países cuyos sistemas de salud son más precarios», advirtió su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Es el caso de muchos países africanos cuyas infraestructuras sanitarias y el personal médico están mal preparados para afrontar la epidemia. Por ahora, en el continente, solo Egipto ha confirmado una persona infectada.
Un estudio publicado el viernes por el centro de enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres estima que «alrededor de dos tercios de los casos de COVID-19 salidos de Chinas quedaron sin detectar a nivel mundial».