Juan Carlos Subercaseaux, voluntario de la Primera Compañía de Bomberos de Santiago, había regresado recién de sus labores de rescate en el terremoto de 2010 en Haití, cuando, a las 3.34 am del 27 de febrero, supo que debería ponerse el traje y tendría varios días ajetreados.
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Éll y su equipo, el primer grupo especializado USAR (Urban Search and Rescue), partió a Concepción para rescatar a las víctimas del derrumbe del edificio Alto Río, donde murieron 8 personas.
Pera la realidad en esa época no era la mejor. “Cuando llegamos había muchos bomberos y compañías, pero lo que se detectó es que no había organización ni dirección”. Carmen Paz Castro, investigadora del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la U. de Chile, dice que el 27F “marcó un antes y un después (…) Si bien, el país contaba con organismos competentes, la gestión del riesgo era muy limitada y se le daba poca importancia y recursos”.
Los 523 fallecidos, casi todos por el tsunami, causaron serias críticas. A nivel central, la Onemi fue intervenida con una serie de medidas, según recomendaciones de la propia ONU. En 10 años, pasaron de no tener oficinas regionales, a 16 sedes , lo que llevó a un aumento de personal de 163 a 430 personas.
Algo similar ocurrió con Bomberos. Subercaseaux dice que se formó el Sistema nacional de operaciones de Bomberos, con el objetivo de intervenir cuando desastres escapan más allá de una comuna o región. Además, se convocó a formación de nuevos equipos de USAR.Actualmente ya existan 8 equipos especializado en desastres, que cumplen turnos de dos meses para acudir a las emergencias de todo el país.
Lo más importante, sin embargo, fue el mejoramiento en la red sismológica y vulcanológica, reduciendo el tiempo en que se define la magnitud de un terremoto y si potencialmente producirá un tsunami.
Pero Castro dice que aún hay cosas por mejorar. “Se requiere con urgencia un trabajo en la planificación territorial (…) que todas las instituciones se coordinen para no construir nuevas zonas de riesgo”. A eso se suma el desafío del futuro: las inclemencias meteorológicas, como aluviones e incendios.
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El avance según el director de la Onemi, Ricardo Toro.
¿Qué significó el 27F para la Onemi? Marcó un punto de inflexión que obligó a un desarrollo continuo. En 2010 no se tenía direcciones regionales, solo había 1 o 2 funcionarios con horarios de oficina apoyando al intendente. Ahora hay 16 direcciones regionales. con 15 o 16 fucionrios, con centros de alerta temprana que funciona 24/7.
Pero en la práctica, si ocurre otro gran terremoto, ¿qué cambió? Por ejemplo, el Centro Sismológico Nacional, que era apenas un servicio, pasó a ser un centro con 50 especialistas 24/7 para administrar la red sismológica. Hoy son más de 400 estaciones sismológicas. En 2010 se demoraban 20 minutos en saber si con un terremoto era factible que se provocara un tsunami, hoy lo podemos hacer antes de 5 minutos. Eso es gravitante para un país como Chile.
¿Podría otra catástrofe tener las consecuencias del 27F? Desde 2014 a la fecha, en todo el mundo han habido 31 sismos sobre 7,5, de los cuales 27 han ocurrido en el Pacífico y 4 de ellos en Chile. Los de mayor magnitud han sido los 8.2 de Iquique y el 8,3 de Illapel. Es cierto, somos un país sísmico, pero claramente las falencias de 2010 fueron superadas ampliamente.
¿El gran desafío siguen siendo los terremotos o eso cambió? Desde hace unos años, las principales amenazas del mundo son las emergencias originadas por eventos meteorológicos. Hacia allá apuntamos. Lo que viene es trabajar en políticas públicas, ya que, como somos un país altamente vulnerable a desastres climatológicos, se requiere de políticas que hagan vinculantes al sistema, que no dependa de las autoridades de turno.vinculante.
¿Que cosas desea tener a futuro? Debemos saber como monitorear los aluviones. Establecer una red de monitoreo de quebradas. También importa que los planos reguladores estén sujetos a los mapas de riesgo e intensificar la gestión del paisaje.
Las cifras
16
Oficinas regionales posee la Onemi para coordinar logística en desastres. Para el 2017 no había ninguna.
5
Minutos o menos tarda la red de monitoreo en confirmar la magnitud de un sismo y si producirá un tsunami. En 2010 la espera era de 20 minutos.
12,5%
del PIB nacional
tuvo como costo el 27F. Cada año, con o sin sismos de magnitud, los terremotos le cuestan al país el 2% del PIB.
8
Equipos USAR
-escuadrones especializados- posee Bomberos a lo largo del país para catástrofes. En el 2010 sólo había uno en formación.
24%
de la población urbana vive en zonas con peligro de incendios. En el país son 3 millones de personas expuestas.