Desde agosto de 2018, cuando la ahora ex ministra de Educación, Marcela Cubillos, asumió la cartera se esperaba que los ánimos fueran más tranquilos, esto considerando que su predecesor, Gerardo Varela, ser había instalado en el centro de la polémica por instar a los apoderados a hacer bingos para mejorar los colegios o llamar «campeones» a sus hijos por la cantidad de preservativos que les compraba.
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Cubillos llegaba a Educación con una aprobación de 65%, tras su paso por el ministerio de Medio Ambiente, y rápidamente impuso su sello, lo que le valió una serie de problemas con los gremios.
Uno de los primeros proyecto que impulsó en sus 18 meses de trabajo fue el de «Aula Segura» -en medio de la violentas protestas en los colegios emblemáticos de Santiago- que ampliaba las atribuciones a los establecimientos para expulsar a alumnos que cometieran acciones de ese tipo.
Una nueva polémica surgió en enero de 2019, cuando envió la iniciativa apodada «Admisión Justa», con la que se buscaba modificar el sistema de admisión a la educación que debutaba ese año en laRegión metropolitana.
Pese al despliegue que realizó finalmente la iniciativa no prosperó, lo que la hizo perder un importante capital político.
Relación con los profesores
La ex ministra Cubillos enfrentó en su periodo un prolongado paro del Colegio de Profesores, que constantemente le cuestionaba por no dirigir las negociaciones desde el primer momento.
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Fue en ese periodo en que vivió un polémico momento al interior del Cementerio General, donde una profesora la enfrentó y la tildó de «displicente».
La ex ministra enfrentó además reiterados conflictos con parlamentarios de oposición. Uno de los más críticos fue el senador Jaime Quintana (PPD) quien declaró que «yo no recuerdo un ministro con el que haya habido menos diálogo que con la ministra Cubillos».
