La Primera Dama, Cecilia Morel habló por primera vez desde el estallido social, dijo sentirse triste por lo que ha pasado, que le faltó ver la frustración de la clase media. Cree injusto pedirle la renuncia a su marido, ya que él no es responsable de todo lo que ha pasado en las últimas décadas.
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«Mi sentimiento más predominante a lo largo de estos cuatro meses ha sido pena, pena por nuestro país, por sentir que algo que creíamos que estaba yendo por el buen camino de repente se desarmó y nos ‘desinstalamos'», señaló a El Mercurio.
Sostiene que desde el Gobierno siempre buscó apoyar la clase media, el diagnóstico con lo que estaba pasando lo tenía claro. «Lo que no supimos calibrar era el gran nivel de frustración».
«Lo que no reconocí fue la violencia. La imagen más traumática fue la de ver fuego», recalca.
La responsabilidad de Piñera
El remezón fue grande para la Primera Dama, ya que no sólo afectó lo político sino también lo personal.
«Cada persona tuvo un remezón muy fuerte a nivel de reflexión respecto de sí misma, en el sentido de que he hecho, en qué puedo mejorar».
Morel indicó que no es sólo compartir los privilegios en términos materiales «paternalistas, sino que compartir de igual a igual. Las personas demandan relaciones más horizontales».
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«Creía que estaba haciendo lo mejor posible y me di cuenta de que esto es una tarea de todos» y subraya que «si salimos de esta crisis, fuera de los aprendizajes políticos, quizás el mayor enriquecimiento va a ser a nivel de crecimiento humano».
Al ser consultada por el matutino que siente cuando se le pide la renuncia en la calle a Piñera asegura que es «tremendamente injusto, como si Sebastián fuera el responsable de todo lo que ha pasado en las últimas décadas».
Morel afirma que hay una propaganda muy fuerte «de sectores cuya fortaleza máxima es su aparato propagandístico, que han instalado contra Carabineros y contra Sebastián».
Sin embargo reconoce que en una crisis de esta «naturaleza, tan grande, nadie puede salir bien aprobado». Por lo que pide paz en momentos muy polarizados que afectan a siete mil pymes y 3 mil personas que han perdido su trabajo.