Los iraníes hicieron acopio de suministros médicos, los italianos pidieron la colaboración de doctores retirados y los surcoreanos se prepararon para destinar miles de millones de dólares a los esfuerzos de ayuda, mientras la epidemia por un nuevo coronavirus seguía creciendo el martes en todo el mundo.
PUBLICIDAD
Los focos infecciosos en Oriente Medio, Europa y Corea del Sur contrastaban con el optimismo en China, donde miles de pacientes recuperados regresaban a sus casas. Un creciente brote en Estados Unidos llevó a las escuelas y metros a realizar tareas de desinfección, se presionó para la búsqueda de una vacuna, y aumentaron los temores por la vulnerabilidad de los internos en residencias de ancianos.
“Hemos avanzado a un nuevo escenario en la lucha”, señaló Dow Constantine, máximo responsable político del condado de King, Washington. Los seis fallecidos por COVID-19, la enfermedad causada por el virus, en Estados Unidos estuvieron en el estado de Washington, y Constantine dijo que su condado estaba comprando un hotel para convertirlo en hospital para pacientes aislados.
Los brotes en Corea del Sur, Italia, Irán y Japón son la mayor preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo su presidente Tedros Adhanom Ghebreyesus. El virus tiene una capacidad única de transmisión comunitaria, pero podría ser contenido con las medidas adecuadas, apuntó.
“Estamos en territorio inexplorado”, agregó Tedros.
Corea del Sur registró su mayor incremento de casos diario, con 851 nuevos pacientes, en su mayoría dentro y en los alrededores de la ciudad suroriental de Daegu, donde hay un brote infeccioso ligado a una iglesia local. En total, 5.186 personas dieron positivo por COVID-19 en todo el país.
En la capital, Seúl, comenzaron a operar centros en los que la población puede someterse a las pruebas del virus sin salir del auto. Allí, los trabajadores, vestidos con trajes de protección blancos de pies a cabeza, se inclinaban sobre los vehículos con hisopos bucales, una medida que busca limitar el contacto con posibles portadores de la enfermedad. Los soldados se desplegaron por toda la ciudad para rociar calles y callejones con desinfectante.
PUBLICIDAD
El número de víctimas mortales en el país aumentó a 28, y el presidente, Moon Jae-in, quien calificó el brote de “una grave situación”, apuntó que su gobierno presionará para inyectar más de 30 billones de wones (25.000 millones de dólares) para financiar clínicas, ayudar a pequeños negocios y otras medidas relacionadas con el virus. Esta iniciativa necesita la aprobación del parlamento.
“El país entero ha iniciado en guerra con una enfermedad contagiosa”, manifestó.
En la mayoría de los mercados asiáticos, las acciones subieron por segundo día luego de que el índice Dow Jones Industrial Average ganó cerca de 1.300 puntos, o un 5%. Los ministros de Finanzas y los responsables de los bancos mundiales del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo iban a reunirse el martes por teléfono para discutir su respuesta al brote.
“El factor miedo sigue siendo muy elevado”, dijo Kirk Hartman, presidente de Wells Fargo Asset Management.
En China, el conteo de nuevos casos volvió a bajar el martes, con apenas 125 nuevos contagios, la cifra más baja en seis semanas. Pero el gigante asiático sigue siendo de lejos la nación más afectada, con un total de 80.151 enfermos y 2.943 muertos. El virus se ha detectado en al menos 70 países con 90.000 casos y 3.100 víctimas mortales.
El embajador de China en Naciones Unidas dijo que el país estaba ganando su batalla contra el COVID-19.
“No estamos lejos de la victoria”, declare Zhang Jun.
En Irán, tras restar importancia al brote la semana pasada, las autoridades dijeron que tienen planes para movilizar a unos 300.000 soldados y voluntarios para enfrentar la enfermedad. La preocupación se extiende al liderazgo del país, y algunos de sus miembros contrajeron el coronavirus. El líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Ali Jamenei, llevaba guantes desechables durante un acto en el que plantó un árbol por el Día del Árbol, que se celebrará pronto.
«Todo lo que ayude a la salud pública e impida la expansión de la enfermedad es bueno, y lo que ayude a extenderla es pecado”, dijo Jamenei el martes.
El jefe de la judicatura iraní, Ebrahim Raisi, dijo que algunos estaban almacenando material médico para su propio beneficio, e instó a la fiscalía a no mostrar “piedad con los acaparadores”.
“Acaparar artículos sanitarios es jugar con la vida de las personas y eso no puede ignorarse”, señaló Raisi.
En Italia, el número de casos positivos siguió subiendo hasta los 2.036 y las autoridades explicaron que podrían tardar hasta dos semanas en saber si las medidas adoptadas, incluyendo la cuarentena decretada en 11 poblaciones del norte, estaban funcionando.
En Estados Unidos, los pacientes infectados con COVID-19 sobrepasaron los 100 en al menos 11 estados. El presidente, Donald Trump, y su gobierno se reunieron con ejecutivos de la industria farmacéutica el lunes para discutir cómo de rápida podría ser la búsqueda de una vacuna.
Más de 90.000 personas se han infectado en todo el mundo y 3.100 fallecieron a consecuencia del virus.
La enfermedad está presente ya en al menos 70 naciones. Ucrania fue la última en unirse a la lista al reportar su primer caso.