Casi como una profecía auto cumplida, marzo llegó acompañado con un recrudecimiento en los casos de heridos por enfrentamientos. Eso quedó demostrado la noche del pasado lunes, donde los más chicos fueron los más perjudicados, y Carabineros, nuevamente, los apuntados.
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En la madrugada de ayer, fueron al menos siete las personas que terminaron en la ex Posta Central luego de ser heridas por parte de las policías en las inmediaciones de Plaza Italia.
Un manifestante recibió un impacto de lacrimógena a quemarropa y terminó con su brazo fracturado, dos recibieron bombas en su cráneo, hubo una golpiza y otro joven resultó arrollado.
Pero la peor parte se la llevaron los más chicos, ya que de los 13 heridos de gravedad preliminares, al menos cuatro son menores y uno apenas cumplió los 18 años. Son, a su vez, los casos más complejos desde inicios de marzo.
En San Joaquín, una niña de 12 años recibió un disparo en su muslo cuando esperaba micro, cerca de manifestaciones afuera de la 50a comisaría. Testigos apunta al actuar de carabineros. En Puente Alto -testimonio al costado- un policía disparó directo al rostro de una menor de 16 años que terminó con la fractura de órbita de su ojo derecho.
En Mejillones, uno de los casos más graves de la noche del lunes lo sufrió un joven boliviano de 18 años, que recibió un perdigón en su ojo izquierdo, causándole un trauma ocular severo que lo obligó a ser dirigido al Hospital de Antofagasta, y donde testigos acusan un golpe a quemarropa. El mismo destino corrió una joven de 17 años de la población La Bonilla de Antofagasta, afectando uno de sus ojos por el impacto de perdigón. Terminó en el mismo centro asistencial, donde se le diagnosticó un trauma ocular grave.
Según reportó el Instituto Nacional de Derechos Humanos, en Antofagasta se registraron dos casos más de heridos graves, de los cuales uno corresponde a un niño de 10 años, que terminó con un perdigón incrustado en su cabeza.
La entidad, al constatar los casos en San Joaquín y Antofagasta, indicó en sus redes que “estudia acciones legales por la participación de agentes del Estado en estas violaciones a DD.HH”.
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“El carabinero le quiso disparar a la cara, fue a propósito”.
La hermana de Nilze Miranda, identificada como B.M.C. de 16 años, iba caminando en el sector de San Carlos de Puente Alto para celebrar el cumpleaños de su pololo en un McDonald’s, cuando se cruzó con una manifestación. “Aparecieron patrullas e hicieron una encerrona. Se resguardó en un kiosko y había una niña complicada por las lacrimógenas. Salió a pedir ayuda y cuando se gira, había un carabinero a unos 5 metros que apuntó a su rostro”, cuenta su familiar.
Tras eso, la menor sintió en su cara un feroz impacto que describió una bola de acero y cayó al suelo. Luego, se tomó la cara y constató la gran cantidad de sangre que salía. Pidió que la grabaran y luego fue atendida por personas del lugar, que la llevaron rápidamente al Sótero del Río.
El hueso quedó a la vista, fue intervenida y un escáner constató una fractura en su órbita. El médico le indicó a la familia que fue afortunada, ya que estuvo a centímetros de perder el ojo, según dice Miranda. “Está nerviosa, le preocupa mucho como le quedará la cicatriz en su cara”, dice su hermana. Junto a las denuncias respectivas, la familia prepara demandas criminales contra el Gobierno y Carabineros, en colaboración con un equipo de abogados en DD.HH.