El rey Felipe VI de España renunció a la herencia de su padre, Juan Carlos, en medio de acusaciones de irregularidades financieras.
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Felipe también renunció “a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”, según un comunicado de la Casa Real.
Para justificar su decisión, Felipe apeló a su discurso de proclamación del 19 de junio de 2014:
“La Corona debe velar por la dignidad de la Institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social”, dijo entonces cuando tomó posesión de su cargo.
Por ello, renunció a cualquier herencia que su padre le pueda dejar y allí entran las regalías por dos fundaciones que son el centro de las acusaciones contra Juan Carlos: Fundación Zagatka y Fundación Lucum.
En el comunicado, el rey Felipe explica en detalle que no tiene que ver con ninguna y reafirma su desvinculación con ambas entidades al tomar esta decisión.
Juan Carlos renunció a la vida pública en junio de 2019, cuando una serie de escándalos le pasaron factura.