Frente a una pandemia como el Covid-19, el público debe estar informado sobre los riesgos y las maneras de prevenir y enfrentar la enfermedad, tanto a nivel individual como nacional.
PUBLICIDAD
La información es extremadamente importante en este caso. Dada la alta transmisibilidad del virus, la conducta de cada persona tendrá un alto impacto sobre la comunidad.
Con relación al tratamiento de los temas vinculados con la pandemia del coronavirus que afecta a Chile, el CNTV sugiere a los medios televisivos acogerse las buenas prácticas en el tratamiento de esta crisis.
Se consideran buenas prácticas en la comunicación ante un caso de emergencia de salud pública:
1. Es deber de los medios informar responsablemente a las audiencias y llamarlos a prevenir la enfermedad, de acuerdo con las recomendaciones oficiales. La desinformación promueve el miedo colectivo y ambos son factores tan peligrosos como la misma enfermedad.
2. Se debe realizar un chequeo de las fuentes antes de dar a conocer cifras de enfermos, falta de suministros, síntomas, formas de prevención u otra información médica. Al tratarse de un patógeno de aparición reciente, circula mucha información
sin la necesaria revisión de pares. Recordar que la única información científica válida es la publicada en revistas especializadas con revisión de pares.
PUBLICIDAD
3. La información debe ser objetiva, evitando el sensacionalismo o el abuso de efectos dramáticos, como la música incidental. Se debe informar sobre conductas de
prevención y emitir los comunicados oficiales.
4. En el caso de los noticieros, es necesario que la audiencia pueda distinguir entre la información en «vivo» y la que proviene de archivo o de material ya emitido, a fin de evitar la confusión.
5. Evitar la estigmatización o discriminación por nacionalidad, origen étnico o social, etario, como de género o de cualquier tipo. No parece relevante identificar por nacionalidad a los contagiados. No se debe hablar del patógeno como «virus chino» o denominaciones similares. Usar la denominación oficial de la OMS.
6. En línea con lo anterior, se debe evitar estigmatizar o asustar a grupos de personas que pudiesen tener mayores riesgos. Existen casos de contagios -graves y leves- en todas las edades, sexos, etc.
7. Es fundamental respetar los derechos de las personas en las coberturas informativas: privacidad, intimidad, entre otros. Solo quienes voluntariamente quieran revelar su condición de contagiados podrán hacerlo frente a los medios.
8. En el caso de que hubiese fallecidos, se debe respetar la privacidad del dolor de sus cercanos. Evitar buscar de manera insistente los testimonios de la familia o de niños y niñas. Se debe evitar también hacer un recuento culposo de las actividades que
llevaron a la persona a contagiarse.
9. Acreditar siempre la competencia profesional de los invitados que recomienden o brinden información en materia de salud u otras materias.
10. Tratar adecuadamente las distintas dimensiones de la crisis: los efectos económicos, sociales y de salud pública. Buscar el equilibrio de puntos de vista sólo cuando se trate de materias opinables, no de materias científicas, que suelen ser taxativas.
11. La información al pie que aparece en la pantalla, debe corresponderse con la información y las imágenes que se emiten al momento de la utilización del recurso gráfico, a fin de evitar una lectura incorrecta de los temas que se tratan o inducir a
conclusiones falsas o erróneas por parte del público.
12. Citar la información oficial suministrada por los organismos públicos responsables. En este caso en materia de protocolos y recomendaciones elaborados por el Ministerio de Salud o las respectivas autoridades según corresponda.