El ministro de Salud, Jaime Mañalich, está en el centro de la emergencia por el aumento de los casos de coronavirus. Su rol ha sido cuestionado, pero pese a las críticas, se muestra firme y empoderado del cargo.
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Ministro, ha habido fuertes reproches al manejo de esta emergencia¿cómo analiza este escenario?
—Nosotros estamos viviendo esta crisis en medio de un de los conflictos políticos más importantes de nuestra historia. La única forma de readquirir confianza es que la respuesta del Estado sea acorde a las expectativas de la gente.
Pero, al menos lo que uno observa en redes sociales, es que no hay conformidad.
—Hay actos, como la salida masiva de personas a sus segundas viviendas, que dan cuenta que después del 18 de octubre no aprendieron nada. Eso es una agresión. Por eso se ordenó el regreso, entonces hay que moverse todos los días en un cambio muy rápido de medidas. Evidentemente el uso de redes social, que son más de millennials,hay quienes piden medidas más estrictas, pero ciertamente, hace tres semanas atrás, resistían cualquier cosa que viniera del Estado. Al mismo tiempo, en redes como Facebook, donde hay usuarios de mayor edad, las críticas son al contrario. Hay de todo.
Y en este punto, ¿qué es lo que más los preocupa?
—Nosotros estamos haciendo más de 3 mil exámenes, con una positividad muy baja, lo que es único en el planeta. Nadie está teniendo de cada 100 exámenes un poco menos de 4 positivos. En los últimos días el número de nuevos contagiados ha tendido a estabilizarse en torno a 100, lo que es muy bajo las proyecciones que habíamos hecho para esta fecha. Tenemos que seguir trabajando, endureciendo las medidas, fijando nuevas fronteras, todo en el entendido de que la salud de las personas es lo prioritario.
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¿Cuáles nuevas medidas son las que podrían venir?
—Como ha propuesto la OMS, se apunta a medidas focalizadas, como lo que hicimos en Chillán. Ahí esperábamos números mejores y eso significó que tuvimos que tomar medidas. Las medidas se tienen que tomar con la información en la mano, porque han existido países que han tomado medidas en el papel, teóricamente más estrictas que las nuestras, pero nadie las cumple. No se trata de firmar un papel, se trata de lo que se decreta ocurra en realidad.
Se ha insistido en el mensaje de la responsabilidad, ¿cuán importante es que todos colaboren en esta emergencia?
—Lo esencial es que la gente coopere y se informe. La responsabilidad personal es crucial. Independientemente del momento político, si no hacemos un paréntesis y no logramos que cada cual sea un agente de salud, evitando conductas de riesgo, el pronóstico es muy malo. El escenario es mejor que lo proyectado, pero tenemos pocos números, y eso aún es riesgoso.