Con el covid-19 haciendo de las suyas y el imperioso llamado a quedarse en casa, el ítem compras y comida se ha hecho complejo. Y es en este escenario donde las apps de delivery se han vuelto clave. Así lo muestran las cifras.
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“Hemos tenido un aumento de tres veces la demanda normal sobre todo en la categorías restaurantes, farmacias y supermercados”, afirma al respecto, Isaac Cañas, gerente general de Rappi Chile.
Algo similar indica Juan Martín López, country Manager de PedidosYa, quien señala que en su caso la demanda de supermercados y farmacias se duplicó, aunque destaca que “restaurantes ha tenido una baja considerando los cierres por toque de queda”.
Precisamente las restricciones para tratar de contener los contagios, también implican un desafío. Así el comercio ha cambiado sus horarios y restaurantes permanecen cerrados. Al respecto, Cañas explica que, por ejemplo, estos últimos “podrán mantener sus servicios de delivery a domicilio”. Y pese a que dice que debido a la mayor demanda por este tipo de servicios ya no hay horarios valle o punta, “estamos haciendo campañas internas para lograr la mayor activación posible por parte de los repartidores en todo momento”.
20:45
Asimismo, la ventaja de usar estas apps para satisfacer un antojo nocturno ya no es posible, debido a que “por el toque de queda implementado desde el domingo pasado, es posible hacer pedidos hasta las 20:45 horas”, añade López. En el caso de UberEats, es hasta las 20:00 horas.
En tanto, y precisamente aplicando la solicitud de aislamiento social, todas las aplicaciones han implementado medidas para evitar el contacto entre repartidor y usuario. “Hemos habilitado la opción ‘dejar en la puerta’ y estamos haciendo constantes recordatorios a usuarios y socios repartidores sobre esta funcionalidad que permite que los pedidos puedan ser dejados en la puerta o pasillo y ayudar a disminuir el contacto”, señala Jordi Suárez, gerente general de UberEats para el Cono Sur.
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«Estos trabajadores no están sujetos a una relación laboral»
Debido al tipo de relación que hay entre estas empresas y los repartidores, queda en evidencia la dificultad que significaría, por ejemplo, si alguno de ellos se enferma por el coronavirus.
«Mientras estos repartidores estén como ocurre en la práctica, regidos por una relación de prestación de servicios, están en una situación de absoluta precariedad. Estos trabajadores no están sujetos a una relación laboral», subraya, Julio Contreras, abogado laboral y académico de la Universidad Central.
En ese sentido, recalca que «en cuanto a cobertura de seguridad social», este tipo de apps, «no tiene ninguna obligación». Por el contrario, si tiene algún tipo de protección «será como trabajador independiente. Él podría tener su propia cobertura al cotizar en el sistema de salud», indica.
De todas maneras, el abogado asegura que «hay una tendencia en el mundo que esta relación es laboral, en que el sujeto que presta este servicio, si bien lo realiza de forma libre, no tiene autonomía. Es la empresa la que le manda qué y cómo distribuir lo que lleva y cuánto cobrar, y lo sanciona si el servicio no es hecho dentro de los estándares de la app o si el usuario reclama», apunta.
Consultadas las apps por los cuidados con sus colaboradores en esta emergencia sanitaria, Cañas afirma que, entre otras medidas, «estamos importando alcohol gel y mascarillas dado el quiebre de stock que hay en Chile para seguir entregando tanto a los ‘shoppers’ que están en los supermercados como para los rappitenderos».
En PedidosYa tomaron una medid similar. «Se invirtió en equipamiento de mascarillas y gel antibacterial para poder garantizar su seguridad», indica López.
En el caso de Uber, Suárez sostiene que apoyan a sus a «socios repartidores» que hayan sido diagnosticados o que hayan sido puestos en cuarentena por una autoridad de salud pública. «Quienes estén en esta situación recibirán, por única ocasión y de forma extraordinaria, un apoyo económico por hasta 14 días», puntualiza.