El partido por la Liga de Campeones que terminó en empate entre el Liverpool y el Atlético Madrid, en Anfield Road, no debería haberse jugado, ha dicho el director de salud pública de la municipalidad de la ciudad del noroeste inglés. La conclusión de la autoridad salta en medio de la preocupación por el creciente número de casos de coronavirus confirmados en la localidad.
PUBLICIDAD
Matthew Ashton, que asumió el cargo el miércoles, es responsable de coordinar la respuesta a los desafíos sin precedentes de la pandemia trabajando desde casa, ya que los casos confirmados en Liverpool se elevaron a 262.
«No fue la decisión correcta el organizar el partido», dijo Ashton al diario británico The Guardian, aunque agrega que no es crítico de los científicos o de los oficiales médicos, cuyo consejo hizo que el gobierno permitiera que los eventos deportivos continúen. «La gente no toma malas decisiones a propósito. Tal vez la gravedad de la situación no estaba siendo entendida por el gobierno en ese momento”, reflexiona.
“Aunque nunca lo sabremos, el partido contra el Atlético Madrid pudo haber sido uno de los eventos y encuentros culturales que influyeron en el auge del coronavirus en Liverpool. Definitivamente es uno de los que se incluirán en la lista para el aprendizaje y para una futura investigación, para que las organizaciones puedan aprender y no cometer errores similares”, agrega la autoridad.
El 11 de marzo, día del partido de vuelta de octavos de final, que ganó el Atlético por 3-2 y al que asistieron 54 mil personas, entre ellas tres mil hinchas visitantes, el Liverpool sólo tenía seis casos confirmados de coronavirus. Madrid se había convertido, para entonces, en un centro de propagación del virus. La UEFA decidió ese día que todos los partidos debían jugarse a puerta cerrada, y el gobierno español había ordenado el cierre de los colegios el día anterior. En Gran Bretaña, el gobierno seguía con su política de permitir que la vida continuara sin más restricciones que aconsejar a las personas que creían tener síntomas de covid-19 que se autoaislaran.
El doctor David Halpern, jefe ejecutivo del equipo gubernamental de conocimientos sobre el comportamiento, mencionó públicamente por primera vez el término “inmunidad de grupo” ese día, sugiriendo que las personas más vulnerables al virus podrían ser aisladas. Todos los eventos importantes como los partidos de fútbol, descritos como «reuniones masivas», seguían programados para llevarse a cabo por aquel entonces. El gobierno cambió la política y comenzó a anunciar restricciones de distanciamiento social el lunes siguiente, 16 de marzo.
Joel Rookwood, profesor titular de gestión de empresas deportivas de la Universidad de Central Lancashire y seguidor del Liverpool, ha estado sufriendo gravemente los síntomas del covid-19 desde el 14 de marzo, aunque no ha estado en el hospital, por lo que no se ha sometido a las pruebas del virus. Estuvo en el partido del Atlético y cree que contrajo el virus en el partido. Escribiendo sobre su experiencia en el periódico local, el Lancashire Evening Post, Rookwood, el académico de 39 años dijo que temía ser vulnerable al virus porque ha sido hospitalizado dos veces con neumonía. Después del partido ha sufrido de «aguda falta de aliento y violentos episodios de temblores. No he comido alimentos sólidos ni he estado completamente horizontal durante diez días. Los preciosos períodos de sueño se cuentan en minutos, no en horas”, relata. Llamó al fono de emergencia el fin de semana pasado, cuando su condición se deterioró, pero le dijeron que estaba en el puesto 280 de la cola para una ambulancia, y que no se le consideraba lo suficientemente crítico como para que eso se acelerara.
PUBLICIDAD
La asesoría científica al gobierno en el momento del partido, y la forma en que fue comunicado por los ministros, hizo una distinción entre «reuniones masivas» al aire libre, que implicarían un menor riesgo de infección, y la gente que se reúne en el interior, en pubs y bares, donde el riesgo de transmisión sería mayor. Esto parecía pasar por alto que un megaevento como el partido de la Liga de Campeones del Liverpool implica también múltiples e intensas reuniones en interiores; los viejos pubs victorianos de los alrededores de Anfield estaban abarrotados durante horas esa noche, al igual que los bares, la tienda, los vestíbulos, los baños, las zonas de entretenimiento y las áreas de trabajo del club. Incluso Rookwood señala que en una noche de fútbol tan tumultuosa hubo mucho contacto cercano. Sin embargo, a pesar de que la pandemia comenzó a arraigarse en Gran Bretaña en ese momento, recuerda que no se hizo ninguna concesión por ello: “había colas y grupos por todas partes. Los pubs estaban llenos, los amigos se saludaban con el contacto habitual, los aficionados se reunían en colas apretadas… Las celebraciones de esa noche fueron muy físicas, experiencias compartidas».
El profesor Neil Ferguson, líder del equipo de científicos del Imperial College que asesora al gobierno británico, dijo que su consejo sobre las reuniones masivas al aire libre reconocía que la gente también se reunía en el interior de los pubs y bares. «La cuestión es que la gente pasa una cantidad muy pequeña de su tiempo durante la semana en una reunión masiva. No es que las reuniones masivas no contribuyan en absoluto a la propagación de un virus, sino que a nivel de la población, detenerlas tiene un impacto marginal”, afirma el especialista.
El tema de permitir a los hinchas del Atlético viajar desde Madrid fue una decisión gubernamental diferente , reflexiona Ferguson.
El profesor John Ashton, exdirector regional de salud pública del noroeste de Inglaterra, padre de Matthew Ashton, dio la voz de alarma sobre el enfoque del gobierno y la organización del partido de Liverpool en ese momento, y sostiene que fue un error organizarlo.
Aceptando que sin pruebas generalizadas el número real de casos de covid-19 es desconocido, y que es imposible estar seguro de dónde se infectaron las personas, dice, sin embargo, que “traer a tres mil seguidores de un área de muy alta incidencia fue, básicamente, un error, y la visión de que los eventos al aire libre no representan una amenaza es realmente simplista. Espero estar equivocado, pero creo que la gente fue puesta en peligro esa noche».