Si es de los que obligadamente tuvo que salir de su casa en las últimas semanas y anda en auto, habrá disfrutado de menor tráfico que se observa en las calles. Misma baja de flujo vehicular registrado en las autopistas de la ciudad.
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Según datos del Ministerio de Obras Públicas (MOP), hasta marzo la cantidad de vehículos circulando por estas vías bajó drásticamente comparado con el mismo lapso de 2019, caídas que varían desde 42 a 73% en la última semana de dicho mes (ver gráfico).
Menos cantidad de autos andando que también implica menores ingresos para las empresas concesionarias. “Yo estimo que durante marzo las autopistas urbanas perdieron alrededor de entre 30 y 40 millones de dólares debido a la baja de los flujos”, expresa Franco Basso, académico de la Universidad Católica de Valparaíso.
Pese a ello, el experto en transporte afirma que la sostenibilidad financiera de estas compañías estaría lejos del riesgo. Y es que dice que “los flujos proyectados que se hicieron inicialmente para las autopistas fueron mucho menores a los que terminaron siendo durante los últimos años”, considerando el importante aumento que experimentó el parque automotor.
Por ello, “se trata de empresas que han tenido buenas utilidades y que no debiesen tener problemas para enfrentar los problemas que pudiesen suscitarse durante los próximos meses”, apunta.
«Ingresos Mínimos Garantizados»
Pero por el contrario, si se llegase a agravar la crisis del covid-19 y definitivamente se reduce al mínimo y por un periodo largo el número de vehículos que las recorren, las autopistas tienen una especie de “seguro”, que las alejaría de tener cero ganancias.
“En los contratos de concesión existe un mecanismo que se llaman los ‘ingresos mínimos garantizados’ que indican que si es que no se alcanza un cierto nivel de ingreso, el Estado debe cubrir esos ingresos. Eso depende del contrato, porque no todos lo tienen y los montos podrían ser importantes para el Estado”, cuenta Basso.
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Y de las siete autopistas concesionadas de la capital, dos cuentan con este ítem: Costanera Norte y la Autopista Nororiente. Según la página web de Concesiones del MOP, en los decretos de adjudicación de ambas obras, las empresas concesionarias de estas vías tienen este ingreso mínimo garantizado, montos anuales que van aumentando según pasan los años de la concesión.
Así, en el caso de Costanera Norte -que fue inaugurada en abril de 2005- ya va el año 15 de la concesión, por lo que, eventualmente, le podría corresponder en torno a 1,7 millones de UF, según se lee en el decreto Nº375 del MOP del 24 de febrero de 2000, cifra que representa algo así como $48.711 millones a valor de hoy. Así también se estipula en la Autopista Nororiente, de acuerdo al decreto Nº1.253 del 30 de octubre de 2003.
Sin embargo, el académico de la PUCV descarta que se llegue a recurrir a este ítem de los contratos. “Yo creo que no va a ser necesario que se utilicen, sobre todo porque hemos visto durante los últimos días, y debiese a verse durante las próximas semanas, un aumento en los tráficos debido a la normalización del comercio”.
Consultados por este tema, desde la Dirección de Concesiones del MOP señalaron que «en las bases de licitación de las autopistas urbanas no se establece compensar a las concesionarias de autopistas urbanas por la baja de flujos».