Hay más de 900 Establecimientos de Larga Estadía para el Adulto Mayor (Eleam) en el país. Pero el número real de este tipo de recintos podría ser incluso el doble. Se estima, de hecho, que sólo los establecimientos que funcionan sin permiso llegan a los 717, de acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos (Indh), que data del 2018.
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Sebastián del Pino, abogado e investigador del Indh dice que “dar con la cifra exacta es muy difícil, porque no se ha hecho una fiscalización exhaustiva. Estimamos que pueden ser muchos más”. Según Senama, los Eleam del país son 947, eso considerando estatales, con subsidio y también los privados.
Más apoyo
La situación del coronavirus ha hecho que las autoridades desplieguen operativos centrados en el cuidado de los adultos mayores: son los más vulnerables. Pero desde el mundo privado, piden que esas medidas sean para todos. El kinesiologo y director técnico del Eleam “Vida Feliz”, Vicente Caerols, nos relata que su establecimiento “es de clase media. Los familiares hacen un gran esfuerzo para que sus seres queridos estén aquí”. El kinesiólogo dice que desde Senama les han enviado información, pero que “las medidas más duras para proteger a los adultos mayores por el covid se están tomando sólo en los establecimientos del Estado. Nos gustaría contar con más apoyo, que nos hagan llegar mascarillas, porque en todas partes están agotadas”, señala.
Sebastián Villareal, subsecretario de Servicios Sociales, explica que esto se debe a que “tenemos que optimizar recursos. Esos hogares tienen fines de lucro. Nuestra prioridad son los adultos mayores con más necesidades, a veces abandonados por familiares”.
Regularización
¿Y los establecimientos fuera de norma? El director de Senama, Octavio Vergara, aclara que ante la pandemia “si hay establecimientos en estado irregular que quieran cumplir con los requisitos, los guiaremos para que se sumen a la red”. Ambas autoridades concuerdan en que la fiscalización de esto es un desafío aún mayor ante la pandemia.
“Si hay establecimientos en estado irregular, que quieran cumplir con los requisitos, los guiaremos para que se sumen a la red”, Octavio Vergara, director de Senama.
Abogado Indh: “Que la autoridad se haga cargo de los adultos mayores, pero de todos”
Ya en 2018 el Instituto Nacional de Derechos Humanos (Indh) estableció que los hogares de ancianos. que funcionaban sin regulación en el país eran 717. Una realidad que supone un desafío de fiscalización permanente para las autoridades.
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Y desde el Indh consideran que esto obviamente se hace aún más urgente frente a la pandemia del covid-19.
¿Por qué se hace complejo clausurar los establecimientos ilegales?
-En general nuestro país tiene un déficit de recursos para fiscalizar. Respecto a los adultos mayores, existe una gran necesidad de cuidados. Si se cierran de un día para otro, el Estado a través de Eleam y de los privados, no tiene la capacidad suficiente.
¿Van a colaborar en esta tarea como Indh?
-Por supuesto. En el estudio que citaste sólo abordamos este tema de manera tangencial. No hay un catastro bien definido de cuáles son y dónde están. El aumento de fiscalización es una de las recomendaciones que el instituto hizo en esa oportunidad al ministerio. Ahora estamos preparando algo al respecto. El catastro podría lograrse con un cruce informativo con los municipios.
¿El camino es clausurar?
-No, como decía, la capacidad actual no daría abasto. Lo ideal sería que se generara un programa para que se le pudiera entregar financiamiento a estos lugares. En vez de cerrar, mejorar sus estándares de funcionamiento y que sean un aporte .
¿Cuál es el llamado desde el Indh?
-Que la autoridad se haga cargo de los adultos mayores ante esta pandemia, pero de todos por igual, incluidos quienes están en estos establecimientos irregulares. ¿Quién sabe si ya hay focos ahí? Si antes era una urgencia, ahora lo es aún más. En este minuto estamos diseñando acciones que van en este sentido. Lo que más vamos a pedir es reforzar las facultades de fiscalización, y también que el Senama redoble sus esfuerzos. Porque la mitad de los establecimientos para adultos mayores del país, o quizá más, están en las sombras, en condiciones irregulares.