“La gamificación es un valioso mecanismo educativo validado en el mundo entero y apunta a un cambio de paradigma entre capacitaciones unilaterales y asimétricas y otra participativa e interactiva”, señala el ingeniero Jorge Villota, especialista en estos sistema de entrenamientos y aprendizajes a través de teléfonos celulares.
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“En una cuarentena como la actual debido a la pandemia de covid-19 hay que evitar la frustración del encierro y el tiempo inútil. A través del celular uno se mantiene en línea, junto a los compañeros de trabajo, aprendiendo por medio de un sistema de juegos de cuyos resultados emanan ganadores y un informe del estado de conocimientos de cada uno de los participantes de la clase”, dice el ejecutivo de Compettia Chile.
Jorge Villota explica que la “gamificación” permite a las empresas “en tiempo real monitorear en línea las estadísticas y resultados que los trabajadores van rindiendo desde sus hogares, y así pueden actualizar mensajes en un feed completo que emula el de las redes sociales desde la tenencia única de un móvil”.
“La cuarentena ha puesto a prueba todas nuestras capacidades e innovación. Un trabajador, pese a no estar produciendo en terreno, puede perfeccionar sus habilidades y conocimientos para que una vez concluida las medidas restrictivas pueda desenvolverse en mejores condiciones, elevando su productividad pese a las difíciles circunstancias vividas por el coronavirus”, añade el especialista.
Apoyando a los alumnos en casa
En la educación, la “gamificación” tiene un rol importante, porque aplica mecanismos de juegos a los procesos de aprendizaje, lo que se potencia en las actuales circunstancias.
“La educación a base de entretenimiento es posible. Los juegos en el aula o desde los hogares aumentan la actitud positiva de los alumnos, sobre todo ahora que están viviendo este cambio en los métodos tradicionales de educación, dejando atrás las clases presenciales y practicando el estudio a distancia… En el caso de los jóvenes, esta técnica ayuda a perder el temor a fracasar, al poner riesgos de un bajo nivel de fallos. No son pocos los colegios que están rompiendo con el clásico y tradicional método de aprendizaje unidireccional en la relación profesor-alumno”, señala Jorge Villota (en la imagen).
Si bien la emergencia del coronavirus incrementó de golpe y cualitativamente la tasa de teletrabajo en Chile, aún hay fuerza laboral que no puede laborar de manera remota, por la naturaleza de la actividad que desempeña, y que además requiere previamente de una capacitación.
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“Las empresas no pueden desperdiciar ese tiempo ocioso, porque eso tiene un costo para ellas debido al contrato laboral que los vincula al trabajador. Los empleadores deben aprovechar esta circunstancia para capacitar a sus colaboradores, aprovechando las tecnologías remotas a través de los celulares”, precisa el especialista en transformación digital.
El ejecutivo agrega que, más allá del tiempo que dure esta pandemia, “el teletrabajo y la tele-educación llegaron para quedarse una vez finalizada la crisis sanitaria”
Jorge Villota vaticina que la tasa de empleos remotos en Chile –que hasta antes del coronavirus se mantenía estable entre un 12% y un 15% en los últimos dos años- tendrá un crecimiento explosivo de no menos de un 20% a un 25%.
Pero la distancia que Chile tiene en relación a las naciones desarrolladas es grande. Previo a la pandemia, en Estados Unidos un 40% de su fuerza laboral ya trabajaba a través de sistemas remotos, cifra no muy diferente a las de España y Francia, que se acercan al 38%.