El covid-19 llegó a eclipsar todo. Desde la agenda de gobierno, hasta las demandas sociales, pasaron a segundo plano por el miedo al contagio. Por eso no es extraño que se hable poco de las patologías tradicionales, esas que preceden al coronavirus, y que hoy representan un esfuerzo doble para que el personal de salud.
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Las consultas por urgencias han visto una drástica caída desde marzo, según cifras oficiales. Incluso aquellas que deberían ser inmunes a la contingencia: hubo cerca de 1600 crisis hipertensivas la semana pasada, mientras que el año pasado, en igual período (semana 16), la cifra superaba las 2.200. ¿Quién se preocupa de los hipertensos, diabéticos y con afecciones cardíacas cuando hay tanto resquemor de contagiarse en una sala de espera?
Actualmente, casi todo el peso recae en la atención primaria. Gabriela Flores, presidenta nacional de la Confusam, indica que el covid-19 propició algo inédito: que la telemedicina y la atención domiciliaria superen a la consulta presencial. “No hemos dejado de hacer las acciones que se hacían de manera presencial, pero enfocándonos en la telemedicina para atender a los pacientes crónicos, además de realizar los controles y el seguimiento de los remedios que necesitan”. Eso ha significado un gran esfuerzo para el personal médico, dice la líder gremial. Entre las constantes visitas domiciliarias a adultos mayores y el equipo médico que está en cuarentena u observación por posibles contagios, Flores señala que “aún nos faltan recursos, sobre todo de personal. Es necesario que los alcaldes reciban apoyo para realizar más contrataciones y comprar más insumos de protección”, recalca.
En este escenario, los adultos mayores son el grupo más sensible. El doctor Gerardo Fasce, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología, señala que hay cierta preocupación por el hecho de que pacientes con enfermedades crónicas no estén acudiendo a centros asistenciales pese a señales de alerta. “Uno no quiere pensar que eventualmente los pacientes se estén atrasando y después tengamos una avalancha de consultas donde coincidan todos los eventos al mismo tiempo”, indica el jefe de geriatría del Hospital Clínico de la U. de Chile.
Para Fasce, lo básico es que la población con comorbilidad no descuide sus tratamientos. Por suerte, dice el médico, diferentes estamentos públicos trabajan en una estrategia para dar acceso oportuno a las terapias y, lo que es mejor, una vía virtual para acceder a medicamentos. Se trata de la “receta virtual” , mecanismo para que pacientes accedan a una prescripción de fármacos restringidos sin la necesidad de una consulta presencial. Fasce señala que “eso está hoy en etapa avanzada, en detalles legales para formalizar su uso”. A través de una plataforma, la receta virtual permitiría que las prescripciones se validen vía firma virtual por el propio médico, documento que después podrá ser descargado de forma segura por el paciente en su celular y con validez para su uso en farmacias. Aún no hay fechas para que la receta virtual esté operativa, aunque debería habilitarse este invierno.
2 PREGUNTAS Al…
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Colegio Médico
Dra. Inés Guerrero / Prosecretaria de la directiva nacional del Colegio Médico.
¿Cómo evalúan la atención a pacientes crónicos? En la atención primaria se controla la mayor cantidad de pacientes hipertensos, diabéticos o con problemas cardíacos. Hemos visto una disminución importante en los controles, por varias razones. Pero estamos haciendo los esfuerzos, con evaluaciones telefónicas o telemedicina, para que éstos pacientes no tengan riesgo en su salud de base. Necesitamos más recursos, pero este desafío es una oportunidad de crecimiento para nuestros equipos.
¿Qué les parece tanta clínica acogiéndose a la Ley de Protección de Empleo? Nos parece absolutamente preocupante. Algunos de los colegas que trabajan exclusivamente en el sistema privado han visto mermado todos sus ingresos, algunos a cero. Los más afectados son los suspendidos que trabajan a honorarios. Como Colegio, y desde el fondo de solidaridad gremial, ya hemos establecido algunos beneficios para los colegas que pasan por situaciones críticas. Como estimación general, creemos que cerca del 50% de los colegas en el sistema privado se ha visto afectado de alguna forma.