La OMS, la OIT y la misma ONU han lanzado sendas alertas de que la pandemia generará graves crisis económicas. Recesiones nunca antes vistas, desempleos de dos cifras y elevados niveles de pobreza.
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Pero eso anuncios tan colmados de números, muchas veces resultan fríos y distantes para muchos. Sin embargo, detrás de esta crisis económica hay mujeres, niños, ancianos y hombres que ya sufren.
Es el caso de Peninah Bahati Kitsao, una mujer de 45 años, que vive en Mombasa, Kenia. Es viuda y tiene ocho hijos y vive en la extrema pobreza, en una pequeña casa de dos piezas. Ella daba el sustento a su familia trabajando todos los días lavando ropa, pero el aislamiento decretado por el gobierno, producto del covid-19, terminó con su fuente de trabajo.
Penina Kitsao aliwapikia wanawe mawe ili kuwapumbaza walale baada ya kukosa namna ya chakula.
Hatua hiyo iliwasikitisha wengi na ndiposa wakajitokeza kumsaidia.#tukonews #KiswahiliNiChetuhttps://t.co/1vWebg6ju3
— Tuko.co.ke (@Tuko_co_ke) April 30, 2020
Ya no tenía comida ni dinero, y en su infinita desesperación y ante las exigencias de sus niños más pequeños porque cocinara algo de comida porque tenían mucha hambre, ella hirvió unas piedras en una olla, para darle «esperanzas» a sus niños de que algo comería y ganar un poco de tiempo para conseguir algo de alimento.
Una vecina de se enteró de esto y dio aviso a algunos medios locales. Rápidamente la información corrió por Mombasa y se organizó una enorme campaña para ir en ayuda de la viuda.
La mujer contó al portal de noticias Tuko que «no creía que pudieran ser tan cariñosos. Recibí llamadas de todo el país preguntándome cómo podrían ayudar”.
Peninah no sabe leer ni escribir y tuvo que ser su propia vecina la que leyó los mensajes de apoyo y crear una cuenta bancaria para recibir ayuda.