Más de 2,4 millones de personas solicitaron el seguro por desempleo en Estados Unidos la pasada semana, en la más reciente ola de despidos causados por la pandemia de coronavirus, que ha forzado al cierre de negocios desde hace dos meses y lanzado la economía a una profunda recesión.
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Aproximadamente 38,6 millones de personas han solicitado las prestaciones desde el comienzo de la pandemia, dijo el jueves el Departamento de Trabajo.
Otros 2,2 millones solicitaron ayuda bajo un nuevo programa federal para autoempleados, contratistas y trabajadores temporales, que ahora por primera vez tienen derecho a ayuda por desempleo. La semana previa la solicitaron 850.000 personas.
El continuo flujo de despidos refleja una economía que se está hundiendo en la peor crisis desde la Gran Depresión de 1930. La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó esta semana que la economía se contraerá a una tasa anual de 38% en el trimestre abril-junio, por mucho un récord.
Casi la mitad de los estadounidenses dicen que sus ingresos han disminuido o viven con un adulto que ha perdido paga por desempleo o reducción de horario, según datos que difundió el miércoles el Buró del Censo. Más de una quinta parte dijo que tenían poca o ninguna confianza en poder pagar a tiempo el alquiler o la hipoteca del mes próximo.
En abril, las empresas en Estados Unidos eliminaron 20 millones de empleos, borrando una década de crecimiento laboral en un solo mes. La tasa de desempleo alcanzó 14,7%, la más alta desde la Depresión. Además, millones de personas que ya estaban sin trabajo no contaron porque no buscaron nuevos empleos.
Desde entonces, 10 millones más de despedidos han solicitado prestaciones por desempleo. El director de le Reserva Federal, Jerome Powell, dijo en una entrevista el domingo que la tasa de desocupación pudiera llegar en mayo o junio a entre 20% y 25%.
Aunque el flujo de desempleos se ha desacelerado, las solicitudes de prestaciones la pasada semana aún fueron 10 veces el número promedio antes de la pandemia. Stephen Stanley, principal economista para Amherst Pierpont, dijo que los despidos más recientes pudieran ser especialmente preocupantes porque están ocurriendo en momentos en que muchos estados comienzan a reabrir gradualmente sus economías. Eso pudiera indicar que las compañías prevén escasas probabilidades de una recuperación económica pronta y siguen sintiendo al necesidad de recortar empleos.