El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, dirigió una importante reunión militar para tratar un refuerzo de su arsenal militar y poner en alerta a las fuerzas armadas del país, según indicaron el domingo medios estatales. Sería su primer acto público en unos 20 días.
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A primeros de mayo, Kim acalló los intensos rumores sobre su salud al asistir a una ceremonia para inaugurar una fábrica de fertilizante en su primera aparición pública en 20 días. Pero no volvió a mostrarse en unos 20 días más, hasta que la agencia estatal de noticias informó de que había dirigido una reunión de la Comisión Militar Central del gobernante Partido de los Trabajadores.
«En la reunión se presentaron las nuevas medidas para ampliar la disuasión de guerra nuclear del país y poner a las fuerzas armadas estratégicas en una operación de alerta de alto nivel», indicó la Agencia Central de Noticias norcoreana, sin concretar cuándo se había celebrado la reunión.
En el encuentro también se abordó un aumento de la capacidad de disuasión a las «fuerzas extranjeras amenazantes, añadió la agencia.
Las negociaciones con Estados Unidos sobre el programa nuclear norcoreano llevan un tiempo estancadas. La diplomacia de ambos países sufrió un revés en febrero de 2019, cuando una segunda cumbre entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, terminó sin acuerdo debido a las disputas sobre las sanciones propuestas por Estados Unidos sobre Corea del Norte.
Frustrado por la falta de avances, Kim dijo más tarde que presentaría «una nueva arma estratégica» y dejaría de atenerse a una moratoria autoimpuesta sobre las pruebas nucleares y de misiles de larga distancia. Kim aún no ha cumplido esas amenazas, aunque sí realizó una serie de ensayos de misiles de corto alcance.
El principal periódico norcoreano, Rodong Sinmun, publicó el domingo fotos de Kim, vestido con su habitual traje Mao oscuro y ofreciendo un discurso, escribiendo en un documento y señalando con un puntero desde un estrado. En las imágenes se veían generales de más edad, con uniformes verde oliva, tomando notas mientras Kim, de 36 años, hablaba, algo habitual en las fotografías distribuidas por los medios estatales del país.
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Pese a las persistentes especulaciones sobre la salud de Kim, las autoridades surcoreanas han dicho que no ha pasado por cirugía ni ninguna otra intervención médica.
La agencia surcoreana de espionaje dijo hace poco a las autoridades que cree que la pandemia del coronavirus ha llevado a Kim a evitar actos públicos, señalando que este año ha hecho 17 apariciones públicas, frente a la media de 50 en el mismo periodo de los demás años desde que asumió el poder a finales de 2011.