La terapia de oxigenación de alto flujo se convirtió en otra arma de la batalla contra el coronavirus en la capital, ya que permite reemplazar los ventiladores mecánicos en casos de insuficiencia respiratoria aguda, provocada por el covid-19.
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Los aparatos ya están funcionando en la ex Posta Central y la Red Christus de la Universidad Católica. Precisamente, la UC se encargará de la difusión y capacitación de la oxigenoterapia, que viene a reemplazar la invasiva ventilación mecánica.
De hecho, permite que el paciente esté consciente, porque no requiere sedación, lo que es clave para determinar si la persona tolera o no la oxigenación. Incluso, puede hablar porque se le conecta el dispositivo en las fosas nasales.
De ese modo, la máquina entrega de 15 a 60 litros de aire por minuto mediante una naricera especial -una persona sana respira 12 litros por minuto mientras conversa- y permite calentar el aire, humedecerlo y regular la cantidad de oxígeno que entra al organismo.
En los casos de insuficiencia respiratoria, se comienza administrando 60 litros por minuto y 100% de oxígeno, es decir, al máximo. Dependiendo de la respuesta del paciente, se baja paulatinamente a 40 litros y 60% de oxígeno en pocas horas.
En términos de hospitalización, esta terapia reduce los tiempos a la mitad. La ventilación mecánica requiere cuatro semanas, dos de intubación y otras dos de recuperación, mientras que la oxigenación de alto flujo solo necesita dos semanas, porque el paciente no debe recuperarse de la intubación invasiva.
El Ministerio de Salud estima que el uso de esta terapia reducirá en 40% el requerimiento de ventilación mecánica, lo que significará un gran alivio para la alta demanda a que está sometida la red de salud pública y privada. Hasta el momento se han repartido 250 de estos equipos a la red y este fin de semana llegarán otros 400.