Lo que comenzó con el brutal asesinato de George Floyd en Minneapolis a manos de un policía blanco que mantuvo su rodilla sobre el cuello del hombre afroamericano por ocho minutos, se ha transformado en la ola de manifestaciones más grande en la historia de los Estados Unidos.
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El país del norte enfrenta profundos temas raciales que la clase política nunca ha abordado, junto con un actuar policial desatado y con poco control.
Es así como estas manifestaciones no han parado de crecer desde Minneapolis a toda la Unión, agravado por la reacción de Donald Trump, un presidente que no ve más allá de las protestas y no aborda los problemas que hay detrás.
Después de una quinta jornada de protestas por todo el país, ahora hay al menos 40 ciudades que aplicarán el toque de queda, entre las que destacan varias localidades de California, como el condado de Los Ángeles, San Francisco, o Beverly Hills, también se ha aplicado la medida en estados los estados de Denver, Miami, Orlando, Atlanta, Chicago, Indianápolis, Louisville, Detroit, Kansas, Cleveland, Seattle, Filadelfia, Portland, Dallas, o San Antonio.
En total se han movilizado 5.000 efectivos en 15 estados y el distrito de Columbia.