La Congregación de Iglesias Evangélicas de la Región del Biobío anunció que presentarán una denuncia contra el Estado chileno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –Cidh, con sede en Washington– porque debido a las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus no pueden celebrar sus ritos como estaban acostumbrados.
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Los responsables de la agrupación religiosa sostienen que sufren de violación a la libertad de culto y además lideraron una manifestación a las 11 de la mañana de este miércoles 2 de junio en la Plaza Independencia de Concepción a la que llegó una decena de personas con pancartas, pese a las recomendaciones para evitar las reuniones para evitar más contagios.
Esta Congregación afirma que son objeto de discriminación desde que el país decretó el Estado de Catástrofe con motivo de la pandemia, por lo que algunos de sus representantes viajaron a la capital de Estados Unidos para presentar de manera presencial la denuncia en la Cidh.
Mediante un comunicado de prensa, dijeron que han sido víctimas de “cierres arbitrarios de iglesias, persecuciones, funas y detenciones”, las que consideran “injustas y que no tienen respaldo jurídico”. En el escrito, las Iglesias Evangélicas de la Región del Biobío denuncian que el Estado los obliga “a tener que decidir entre obrar clandestinamente en el ejercicio de nuestros derechos”.
También presentarán la denuncia en la Corte de Apelaciones de Concepción para exigir el restablecimiento de la libertad de culto. Y añadirán una querella criminal “en contra de los que resulten responsable por interrumpir un culto”, luego de la detención del pastor Leonel Espinoza el domingo 24 de mayo en Hualpén.
«Queremos que nuestra Iglesia tenga la libertad de ejercer sus cultos correspondientes. No estamos llamando a la rebeldía, a que hagamos las cosas de manera desordenada, sino que obedeciendo las normas sanitarias… Hemos cumplido con todo y aun así nuestra iglesia ha sido vulnerada y nuestros pastores han sido detenidos, aunque a las pocas horas han sido liberados «, dijo uno de los pastores presentes en la plaza penquista.