No cabe duda que la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 cambió la forma que teníamos de hacer las cosas. Y el mundo del empleo no es la excepción. De hecho, todo indica que muchos de los cambios llegaron para quedarse.
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En este contexto, el 24 de marzo se publicó en Chile la ley que regula el teletrabajo. Considerando el alto número de personas que de un momento a otro se vieron forzadas a desempeñar sus funciones desde casa. Así, y con el objetivo de conocer los efectos que esta normativa podría tener en cuanto al cumplimiento de la Ley de Inclusión Laboral; la consultora multinacional de RR.HH. Randstad, llevó a cabo un sondeo.
El estudio reveló que el 85% de las organizaciones cree que la legislación de teletrabajo permitirá el ingreso de más personas en situación de discapacidad (PeSD) al mercado laboral. Siendo las más beneficiadas aquellas con discapacidad física (48%).
Un 53% de las empresas no cumplen con la inclusión laboral
Sólo un 47% de los participantes señala que su firma dio cumplimiento a la Ley N° 21.015 de «Inclusión Laboral» durante el primer trimestre del año. Un 28% reconoce que no llegó a su 1% entre enero y marzo; de las cuales 6 de 10 son grandes empresas. Mientras que 25% sostiene que “no sabe” o que no tiene información.
Respecto a la promulgación de la normativa de teletrabajo, Valentina Romero, coordinadora de inclusión de Randstad, comenta que esta iniciativa permitirá “abrir” el mercado a una población que había tenido acceso limitado al mundo del trabajo. Ya sea porque su tratamiento médico no se lo permitía o porque su situación era considerada “demasiado compleja” para transitar por la ciudad, entre otros factores.
Teletrabajo podría ser una opción
“Y es que en general, quienes tienen alguna disminución en su capacidad físico/motora encuentran barreras en el libre tránsito, sumado a que -comúnmente- las empresas no han adoptado las medidas necesarias que permitan asegurar la igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad», señaló.
A juicio de la ejecutiva, esto va a traer beneficios tanto para que el empleador, ya que tendrá más posibilidades de alcanzar su 1%. Como para los trabajadores, quienes podrán optar a puestos atractivos y desafiantes desde casa. Siempre y cuando su domicilio cuente con las condiciones para poder ejercer las funciones o, en caso contrario, que la empresa habilite los apoyos.
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Bajo cumplimiento de la ley
En relación al bajo nivel de cumplimiento de la ley, Romero comenta que “de los más de 25 mil cargos que se han habilitado en organizaciones privadas para colaboradores con discapacidad acreditada por el Registro Nacional o que sean asignatarios de una pensión de invalidez, solo han sido cubiertos alrededor de 19 mil 300”. Este panorama, dice, es poco favorable, porque refleja que no se están poniendo a disposición vacantes lo suficientemente atractivas o que hay un desajuste entre la oferta y la demanda.
“Muchas veces es necesario flexibilizar las exigencias y, al momento de contratar, no solo considerar las competencias técnicas o el grado académico, sino que también observar las habilidades blandas, que son innumerables”, analiza.
Por otro lado, en cuanto a las prácticas de inclusión que implementarían las empresas para que las PeSD puedan trabajar desde su hogar, las 3 primeras posiciones son ocupadas por: incrementar considerablemente la inversión en tecnología para poner a disposición softwares sofisticados que faciliten la realización de las funciones desde casa (19%); seguida por hacer un proceso de reclutamiento a distancia desde un inicio, para facilitar la participación de los candidatos en esta etapa (16%) y por perfeccionar los sistemas de onboarding y capacitación especialmente para quienes estén en modalidad home office (15%).