Terror es lo que están causando unos sapos enormes en el sudoeste del estado de Florida, en Estados Unidos.
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Porque además del tamaño, su toxicidad es capaz de terminar con la vida de mascotas y hasta de niños pequeños en apenas 15 minutos.
Se trata de los llamados sapos gigantes o sapos de caña (Rhinella marina), unos batracios que no suelen aparecer por dicha zona y que, al parecer, llegaron con las lluvias y ahora generan preocupación en los habitantes.
Estos ejemplares viven en lugares húmedos, se reproducen de manera numerosa y son muy peligrosos, ya que presentan en todas las partes de su piel glándulas venenosas, que resultan mortíferas para diversos animales, especialmente los más pequeños.
«Tiene veneno por toda su piel, a cada lado de la cabeza, e incluso en sus patas. Entonces si una mascota e incluso un niño pequeño tiene contacto con ellos, es increíblemente peligroso y puede ser letal en 15 minutos», señaló Chris Bowland, experto en cazar sapos, a la señal estadounidense NBC2.