Un policía de Atlanta fue despedido y otro fue suspendido tras la muerte a tiros de un hombre negro, según anunció el domingo de madrugada la policía de la ciudad.
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Las decisiones siguen a la renuncia el sábado de la jefa de policía de Atlanta, Erika Shields, después de que la muerte el viernes, de Rayshard Brooks, de 27 años, diera inicio a una nueva oleada de protestas en Atlanta cuando ya habían remitido las accidentadas marchas que siguieron a la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.
El agente despedido fue identificado como Garrett Rolfe, contratado en octubre de 2013. El agente de baja administrativa era Devin Brosnan, contratado en septiembre de 2018, según un comunicado del portavoz de la policía, el sargento John Chafee.
El departamento de policía también publicó imágenes de las cámaras corporales y del auto de ambos agentes.
Pasan más de 40 minutos desde que Brosnan llama a la ventanilla del auto Brooks, que estaba en la zona desde la que se sirve a clientes a autos de un Wendy’s, hasta que se oyen los disparos. Rolfe llega a la escena pasados unos 16 minutos. Los disparos se oyen en la grabación del auto de Rolfe y en las cámaras corporales de ambos agentes. Las dos cámaras se cayeron durante el forcejeo cuando Rolfe intervino para esposar a Brooks tras hablar con él durante unos 20 minutos, aunque se ve brevemente cómo Brooks recibe una descarga de la pistola eléctrica antes de ser baleado.
Los manifestantes prendieron fuego el sábado al restaurante Wendy’s donde fue baleado Brooks la noche anterior y cortaron el tráfico en una autopista cercana. El fuego quedó extinguido para las 23:30, aunque imágenes de cadenas locales de televisión mostraban que estaba de nuevo en llamas en torno a las 4 de la madrugada del domingo. A medianoche había 36 detenidos de las protestas.
La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, anunció la renuncia de la jefa de policía en una conferencia de prensa el sábado por la tarde y pidió el despido inmediato del agente que disparó.
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«No creo que este fuera un uso justificado de la fuerza letal», dijo Bottoms.
La alcaldesa señaló que Shields había tomado la decisión de renunciar y que permanecería en el gobierno local en un puesto no especificado. El jefe interino de correccionales, Rodney Bryant, ejercería de jefe de policía en funciones.
La Oficina de Investigación de Georgia (GBI, por sus siglas en inglés), que investigaba el tiroteo, dijo que el episodio había comenzado con un aviso por un hombre durmiendo en un auto que estaba bloqueando la fila para recoger pedidos desde el auto en el restaurante. Brooks falló una prueba de ebriedad y se resistió a la detención, según la Oficina.
La GBI publicó el sábado imágenes tomadas por una cámara de seguridad, que no incluyen el forcejeo inicial de Brooks con los agentes. En el video se ve a un hombre corriendo de dos policías blancos con una mano levantada, en la que sostiene un objeto hacia un policía que le sigue a pocos pasos. El agente saca su arma y dispara mientras el hombre sigue corriendo, antes de caer al suelo en el estacionamiento.
El director de la GBI, Vic Reynolds, dijo que Brooks había tomado la pistola eléctrica de un agente y pareció apuntarla hacia el policía mientras huía. Se estimaba que el policía hizo tres disparos.
L. Chris Stewart, abogado de la familia de Brooks, dijo que el agente que disparó debería ser procesado por «un uso injustificado de la fuerza letal, que equivale a asesinato».
«No puedes tener las dos cosas en las fuerzas de seguridad», dijo Stewart. «No puedes decir que un Taser es un arma no letal (…) pero cuando un afroestadounidense la toma y corre con ella, ahora es alguna clase de arma letal, mortal, que te requiere disparar a alguien».
Brooks tenía cuatro hijos y había celebrado el octavo cumpleaños de una de sus hijas el viernes antes de morir.
La balacera se produjo en un momento de gran tensión por la brutalidad policial y demandas de reformas en todo Estados Unidos tras la muerte de Floyd en Minneapolis el 25 de mayo.
Shields, jefa de policía de Atlanta durante algo menos de cuatro años, fue elogiada por su labor en los primeros días tras la muerte de Floyd. Dijo que los agentes implicados deberían ir a prisión y dijo a los manifestantes que comprendía sus frustraciones y temores. Apareció junto a Bottoms cuando la alcaldesa imploró a los manifestantes que se fueran a casa cuando comenzara la violencia.