Ingenioso. Fresco. Aprovechador. Caradura. Póngale el adjetivo que quiera, pero sin duda un caso extremo fue el descubierto por la Policía Militarizada del estado brasileño de Goiás, que incautó 300 kilos de marihuana que eran transportados en dos ataúdes por un joven que dijo que en los féretros llevaba a víctimas del coronavirus.
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Los ataúdes estaban sellados y cubiertos por plástico e iban en un vehículo de servicios funerarios manejado por conducido por el traficante de 22 años, quien se puso nervioso cuando lo controlaron.
La marihuana procedía de la ciudad de Ponta Porá, en el estado de Mato Grosso do Sul, en la frontera con Paraguay, y tenía como destino Goiania, la capital de Goiás.
Esta detención se da en momentos en que el covid-19 sigue su escalada mortal en Brasil, donde pese a todo ha comenzado una reapertura gradual de las actividades que habían sido suspendidas por las cuarentenas y medidas de aislamiento social obligatorias en casi todo el país.
Brasil es el segundo país más afectado del mundo por el coronavirus detrás de Estados Unidos, y según los registros de la Universidad Johns Hopkins de este miércoles 17 de junio tiene 923.189 contagiados y 45.241 fallecidos.
