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Estudio de la U. Talca: cada grado de más que se calefacciona una casa puede significar un gasto extra de $100.000 al año

La elección de una estufa correcta y no dejar la casa por tiempo demasiado prologando sin calefacción, son algunas de las recomendaciones.

(AndreyPopov/Getty Images/iStockphoto)

Este sábado comienza el invierno oficialmente. Pero las bajas temperaturas de esta época del año ya se han notado desde hace varios días en la zona central. Calefaccionar las casas reviste de un alto costo económico para las familias. Por este motivo, el Centro Tecnológico Kipus del Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Universidad de Talca generó un documento con algunas recomendaciones.

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Entonces, ¿cómo lograr reducir los costos de calefacción sin pasar frío? La principal medida aconsejada es contar con una buena aislación y también es importante ajustar la temperatura según cada recinto y habitación. Se debe considerar también el tipo de estufa a utilizar. Hay funciones que pueden ser clave.

Te puedes ahorrar $100.000 al año

“En otras palabras, es fundamental no calefaccionar tanto las viviendas ya que cada grado de más que se calefacciona, puede significar un aumento de $100.000 al año, considerando una vivienda de 90 metros cuadrados, calefacción a gas, ubicada en la zona central interior durante el período de invierno”, explica María Luisa de Campo, directora de Kipus-UTalca.

En el documento se especifica que dependiendo del tipo de recinto se desarrollan diferentes actividades, las cuales requieren de una mayor o menor temperatura. Por ejemplo, en una sala de estar y comedor 19°C a 20°C, cocina: 18°C, dormitorio (para dormir) 17°C. Un aspecto relevante por considerar es que el confort que se genera en las personas con la calefacción dependerá también de la temperatura que tengan en ese momento los muros, cielo, piso y ventanas en estos recintos. Y esto último depende directamente de la aislación térmica que estos espacios posean.

“A menor aislación térmica de las viviendas, se requerirá una mayor temperatura en ellos para sentir el mismo grado de confort”, dice la académica e investigadora. Y subraya que “esta medida es la que genera menor impacto económico y mayor impacto en el ahorro, y en tal sentido es fundamental sellar puertas y ventadas es muy importante”.

calefacción

Tecnología para calfeaccionar

Estufas hay de varios tipos. Una de las que más se han posicionado en nuestro país son las de kerosene. Por ejemplo, la línea Kerosene Fan Heater cuenta con características como encendido rápido, timer y desodorización. Este es un gran punto a considerar. Las estufas antiguas de parafina dejaban las casas con bastante olor al reconocido combustible. La nueva generación, estos modelos que suelen ser cuadrados y con rejillas amplias, ya no tienen ese problema.

Juan Bustos, local product manager Fensa, afirma que “en el mercado, estas se conocen como estufas laser inteligente o estufas parafina laser, ya que además de poder ser programadas a una temperatura específica, junto al sistema Eco Button, logran optimizar el consumo de combustible sin afectar la temperatura ambiente”. Las estufas vienen en distintos tamaños, por lo que es importante considerar «qué zona» es la que se quiere calefacccionar.

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¿Es necesario apagar la calefacción si no hay nade en la casa?

El estudio de la Universidad de Talca indica que elevar la temperatura de un recinto que ha estado sin calefacción por un periodo prolongado de tiempo, por ejemplo, con 13°C, implica que el equipo de climatización deberá funcionar con máxima potencia hasta que logre elevar la temperatura de este, si es el comedor 19ºC. Por lo tanto, mientras mayor sea la diferencia de temperatura entre el recinto frío y su temperatura de confort, mayor será el consumo energético que se generará.

“En una edificación con escasa aislación térmica (que es la gran mayoría de las construcciones en Chile), se recomienda que se apague la calefacción cuando no haya habitantes por un periodo prolongado de tiempo: cinco a ocho horas. Debido a las importantes pérdidas térmicas que se tendrán producto de una mala aislación, el gasto de calefaccionar estos recintos sin habitantes será mayor al que se tendrá producto del elevar la temperatura de un recinto que ha estado sin calefacción por largo tiempo”, plantea el informe con recomendaciones del centro de estudios.

Distinto es el caso de una casa con buena aislación, donde se recomienda no apagar la calefacción, y solamente bajar en 2° a 3° C el termostato mientras no haya personas en estos lugares. Durante el invierno es la época en que más necesitamos ventilar nuestras edificaciones.

No tengas miedo a ventilar: es necesario

A través de ello se eliminan los elementos nocivos resultantes de la combustión del sistema de calefacción, se renueva el oxígeno al interior de los recintos, se elimina el exceso de humedad en el interior y los virus presentes en el ambiente que generan enfermedades. Pero lamentablemente, es cuando menos lo hacemos. La razón es clara: la casa se enfría y pierdo el calor ganado.

“Esto es absolutamente cierto, pero hasta cierto punto. Uno debe ventilar por periodos cortos, pero de forma efectiva, y varias veces al día. De esta forma se logrará obtener los beneficios de la ventilación sin enfriar las paredes, cielo y pisos de la edificación. Estos últimos son los que requieren del principal aporte de energía para calentarse y alcanzar la temperatura recomendada, y luego es el ambiente el que puede mantener esta temperatura de confort”, sostiene Del Campo.

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