Los investigadores de la Universidad de Séchenov de Moscú, que trabajan en el desarrollo de una vacuna contra el covid-19, administraron el martes de esta semana una inyección de un fármaco experimental al segundo grupo de veinte voluntarios en el marco de los ensayos clínicos.
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La primera tanda fue aplicada el jueves 18 de junio a otros 18 participantes, dos días después de que el Ministerio de Salud ruso autorizara las pruebas en seres humanos, en este caso hombres y mujeres de 18 a 65 años.
En las primeras horas luego de recibir la vacuna por vía intramuscular, algunos de los pacientes presentaron leves jaquecas y aumentos de temperatura corporal, síntomas que desaparecieron de manera espontánea luego de un día.
“La reacción a la vacuna contra la infección por coronavirus fue normal. Es característica para otros tipos de inyecciones. En este momento, todos los participantes del estudio se sienten bien”, señaló Elena Smolarchuk, quien encabeza el proyecto.
Y el rector de la universidad, Piotr Glybochko, agregó que “que el desarrollo de esta vacuna es un objetivo de extrema importancia para Rusia”, y que el estudio es efectuado por especialistas altamente calificados.
Todos los voluntarios están aislados en habitaciones de hospital para uno o dos pacientes, equipadas con heladeras, muebles y baños privados. Así es posible observar sus respuestas inmunológicas minimizando el riesgo de una infección externa.
También están en constante comunicación con los médicos, tienen apoyo psicológico y realizan ejercicios de fisioterapia para compensar la falta de actividad física.
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Los voluntarios están asegurados y poseen acceso a la información relacionada con los procedimientos clínicos, así como los correspondientes riesgos.
Volverán a sus vidas habituales después de 28 días de ser vacunados, y los médicos continuarán examinándolos durante seis meses.