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La nueva fórmula de los narcos: engañan a adultos mayores para transportar droga

El caso más llamativo es el de un hombre de Virginia, de 76 años y con problemas congnitivos por un aneurisma, que lleva un año de prisión en España. El Departamento de Justicia de Estados Unidos tomó cartas en el asunto.

Victor Stemberger no estaba dispuesto a ignorar los correos electrónicos que lo invitaban a una oportunidad de negocio multimillonaria, así que se presentó como el candidato perfecto para el trabajo. Y de alguna forma lo era, aunque por los motivos equivocados.

Este hombre de Virginia de 76 años, que según su familia tiene problemas cognitivos, aceptó la oferta y presumió de sus credenciales como “un experimentado hombre de negocios que hace lo que dice que hará, y lo ejecuta sin problemas, de acuerdo con el plan”.

Aparentemente siguió el plan, pero la ejecución no fue impecable.

Al día de hoy, Stemberger está en una cárcel española un año después de entrar al país con 2,4 kilos de cocaína cosida de forma experta en chaquetas dentro de una maleta. Su familia asegura que él no sabía nada acerca de la droga. Aunque las autoridades españolas lo dudan, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó a España que cree que Stemberger fue engañado para actuar como correo de la droga para una red criminal del África occidental, y pidió las evidencias en su contra, según la correspondencia obtenida por The Associated Press.

Las autoridades federales llevan años advirtiendo sobre las estafas dirigidas a estadounidenses mayores o con problemas mentales –Stemberger sufrió una importante lesión cerebral hace casi 15 años- para convertirlos en mulas. Los convencen de que recibirán pagos si viajan o realizar otras acciones. En 2016, el Departamento de Seguridad Nacional dijo que las autoridades migratorias y fronterizas habían interceptado a más de 140 de esos correos involuntarios, algunos de hasta 87 años, y que más de 30 se cree que siguen en prisión.

“Una de las características más comunes que encontramos en estas estafas es que normalmente la persona mayor vive sola, ha perdido a su pareja y está sola», señaló Susan Collins, senadora republicana por Maine, que preside el Comité para los Mayores del Senado y ayudó a lograr la liberación de un hombre de Maine encarcelado en España en circunstancias similares a las de Stemberger.

Stemberger, quien el 5 de julio cumplirá un año detenido en España, será juzgado el mes que viene en Madrid. Su hijo afirmó que la única explicación para el comportamiento de su padre es que “esos criminales conectaron realmente con nuestro padre bajo el velo de lo que él pensó que era una oportunidad de negocio legítima”.

“Con sus capacidades mentales mermadas, se convirtió en la víctima perfecta de un sindicato del crimen como éste», afirmó Vic Stemberger.

Según un vocero del juzgado en Madrid, que habló bajo condición de anonimato, Stemberger contó a las autoridades que tenía previsto entregar las chaquetas a funcionarios de Naciones Unidas en Asia y que no sabía que contenían droga. Las autoridades no consideraron que su relato fuese plausible y solicitaron su entrada en prisión a la espera de juicio en lugar de dejarlo volver a su país, dijo el portavoz.

La fiscalía pide una pena de prisión para Stemberger, quien según su abogado español, Juan Ospina, tiene previsto alegar que no había forma de que se hubiese dado cuenta del peso extra de la droga en las chaquetas porque ésta estaba distribuida de forma inteligente entre las prendas.

La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York están investigando si sus contactos formaban parte de una red del oeste de África dedicada al lavado de dinero, al fraude y al tráfico de drogas, sospechosa de engañar a ancianos y débiles, según un documento del Departamento de Justicia enviado a España el pasado octubre en el que se pide permiso para entrevistar a Stemberger y copias de los documentos de la investigación.

EL CASO STEMBERGER

Todo comenzó en marzo de 2018 con un correo electrónico de alguien que decía ser consultor financiero del Ministerio de Exteriores de Nigeria, invitando a Stemberger, de Centreville, Virginia, a una oportunidad de negocio con la perspectiva de un lucrativo salario. El empleo suponía viajar al extranjero para entregar regalos y documentos a las autoridades con el objetivo de recuperar fondos mal asignados.

La cadena de correos electrónicos y llamadas telefónicas continuó durante el año y medio siguiente. Stemberger ocultó los detalles a su familia. Incluso viajó a Argentina y Hong Kong mientras su esposa pensaba que estaba en Chicago.

“Él sabía con seguridad que hablar con esta gente a nivel internacional podría ser algo que nuestra familia cuestionara», aseguró Vic Stemberger. “Nosotros nunca tuvimos ocasión de intervenir».

Los correos electrónicos revisados por la AP muestran que en algunas ocasiones Stemberger buscó garantías de que el proyecto era legítimo, pero también se presentaba como dispuesto, diciendo que podía viajar siempre y cuando sus gastos estuviesen cubiertos y tuviesen “un plan claro antes de partir”.

Un abogado del Departamento de Justicia dijo a las autoridades españolas que los emails muestran que Stemberger estaba preocupado por ser estafado, viajar en malas condiciones o tener que pagar por los viajes. Pero, según escribió el abogado Jason Carter: “No hay comunicaciones que reflejen que creía o sospechaba que participaría en el tráfico de sustancias controladas».

Veterano de la Guerra de Vietnam y con dos maestrías, Stemberger se especializó en formación de ejecutivos y presumía de ser un empresario inteligente, dijo su hijo. Pero no volvió a ser el mismo desde que en 2006 un aneurisma cerebral le provocó deficiencias en el juicio y el pensamiento crítico.

El pasado julio, viajó a Brasil en un viaje que debía llevarlo a España y a Asia. Sus contactos le dijeron que recibiría la visita de funcionarios en su habitación de hotel en Sao Paolo para ayudarle a transferir los regalos a su equipaje.

Stemberger le aseguró a su hijo por email que el trabajo era legítimo: “Los regalos a los que se refiere el mensaje son un protocolo estándar para tratar con funcionarios del gobierno en esta parte del mundo. No hay contrabando, está seguro de eso».

Fue detenido al día siguiente al llegar a Madrid.

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