Hace unos días en Colombia hubo conmoción general cuando se informó de dos casos de violación cometidos por este por militares contra menores de edad indígenas, primero en septiembre de 2019 en el departamento de Guaviare y luego la semana pasada en el corregimiento de Santa Cecilia de Pueblo Rico, Risaralda.
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El Ejército indicó por medio de comunicado que rechaza las agresiones contra niños y que por ello “en desarrollo de las investigaciones se adoptarán de forma inmediata las acciones a que haya lugar, con la mayor severidad y conforme a la ley”.
Pero este miércoles 1 de julio, el general Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército de Colombia, fue más allá y abrió una verdadera caja de Pandora al reconocer que son nada menos que 118 los casos con militares implicados en casos de abuso sexual a menores de edad, que son investigados desde 2016.
El alto uniformado aseguró en una conferencia de prensa virtual que “45 hombres fueron retirados del servicio activo y el resto cumple funciones administrativas… Todos estos procesos están en manos de la Fiscalía y los organismos competentes”.
Estos graves casos de abusos sexuales contra menores por parte de militares han provocado tal indignación en Colombia que se han escuchado voces que piden que a los militares involucrados se les aplique la cadena perpetua que el Congreso ha aprobado hace poco para casos de violación y asesinato de menores.
