Las autoridades de una de las ciudades bolivianas más castigadas por el coronavirus informaron que recogen diariamente entre 14 y 23 cadáveres de domicilios o espacios públicos que se sospecha fueron personas que contrajeron el covid-19.
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Cochabamba, en el centro de Bolivia, se convirtió en el foco de atención debido a que varios difuntos fueron dejados en la calle o velados en la vía pública sin que se conozca de inmediato las causas de la muerte. Las escenas de ataúdes o cuerpos forrados con plástico negro colocados fuera de las casas los últimos días parecían similares a las ocurridas en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil que fue duramente golpeada al inicio de la pandemia.
«No tenemos la capacidad para realizar una prueba de inmediato a los cuerpos debido a la alta demanda», declaró este lunes Rubén Castillo, funcionario del Servicio de Salud.
El jefe de la policía en esa esa ciudad, coronel Alberto Cárdenas, explicó que si el cuerpo no tiene signos de violencia se informa a los servicios de salud para que hagan una prueba porque los fallecidos por el virus tienen un protocolo especial para el entierro o cremación.
Según Cárdenas, la policía levanta entre 4 o 5 cuerpos por semana de indigentes, personas asesinadas o que fallecieron en accidentes viales. «Esa cifra está subiendo por efecto del covid-19», aseguró.
En varios cementerios se están habilitando espacios para más entierros ante el aumento de decesos.
El director del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), Andrés Flores, sugirió a las autoridades «comprar o alquilar carros frigoríficos para almacenar cadáveres temporalmente» ante la falta de capacidad de las morgues.
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Los laboratorios de diagnósticos están sobrecargados y demoran varios días en divulgar resultados. Los cadáveres deben esperar su turno y antes de eso no pueden ser enterrados o cremados, según Castillo.
Similar situación se registra en la ciudad oriental de Santa Cruz que concentra poco más del 50% de los infectados.
En La Paz, la policía recogió nueve cadáveres entre sábado y domingo con sospechas de haber fallecido con el contagio, incluidos dos reos en la principal cárcel, dijo el jefe de la policía contra el crimen, coronel Juan Luis Cuevas.
Las autoridades informaron que mucha gente no reporta la enfermedad por temor a una censura pública y acuden a los servicios médicos en estado avanzado de la infección. Con frecuencia no hallan espacio en los hospitales saturados.
Hasta los registros de este lunes, Bolivia acumula 39.297 casos y 1.434 decesos, y las autoridades de salud han advertido que la pandemia tocaría su tope máximo en agosto con 130.000 infectados.