Puertas cerradas, sillas agrupadas, espacios y pasillos vacíos y llenos de hojas secas, un panorama poco habitual para trabajadores y los más de 3.000 animales que alberga el Parque Zoológico Buin Zoo, que se mantiene en funcionamiento a pesar de la abrupta caída en los ingresos por la pandemia de coronavirus que afecta al país y apuesta al público para continuar.
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Al entrar al lugar, Peche, el jaguar, te da la bienvenida con una curiosidad inusual, conducta que se repite en animales en cautiverio que estaban acostumbrados a recibir al menos 200 personas diarias.
“Están buscando la cercanía con el ser humano. Al sentirse tan solos, de alguna manera les falta la presencia del ser humano”, explicó Ignacio Idalsoaga, director del parque.
El también veterinario, fundó el zoológico en los años 90′, al darse cuenta que debía buscar una manera para garantizar comida, espacio y un ambiente adecuado a esos animales, principalmente chilenos (águilas, zorros, peucos, entre otros), que llegaban malheridos a su centro de acogida y rescate. El centro se ha mantenido en funcionamiento por 25 años y actualmente es considerado como una empresa B (certificación internacional).
A finales del 2019, tuvieron una caída en sus ingresos, debido al estallido social, en el cual perdieron “más de 100 mil niños que los visitaban a través de programas educativos”. A inicios de marzo de este año, se tomó la decisión de cerrar temporalmente por la llegada del covid-19 al país. Hoy, el recinto cumple más de 100 días sin recibir visitas.
El fundador del zoológico, señala que al principio se sentía “expectante”, pensando que esto se acabaría pronto. Al ver la evolución de la pandemia, el ánimo cambió y manifiestó “mucho temor porque la cosa se alargaba más de la cuenta”, y la situación económica se agudizaba.
Señalan que los ingresos han caído en un 90%. “No tenemos ninguna forma de financiamiento, al ser privado, no tiene las espaldas que tienen grandes instituciones….lo que nos lleva a una situación doblemente complicada”, lamentó Idalsoaga.
Mensualmente, el Buiz Zoo debe contar con toneladas de alimentos para satisfacer todas las necesidades de sus especies, algunas con dietas especiales. Las compras son: 20.000 kg de alfalfa; 1.000 kg de verduras y frutas; 3.000 kg de carne, pollo y pescado, y 5.000 kg de pellet importado, lo que hace que la mantención tenga un costo de operación alto.
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“El hecho de ser una colección tan importante y con animales diversos de todas partes del mundo, significa condiciones especiales de su hábitat, en cuanto a temperatura, humedad, tipo de alimentación. Lo que nos lleva hoy día a un consumo muy grande. Como referencia, usamos 7.200 fardos de pasto al año. El equivalente de alimentar 180 caballos todos los días”, detalló el director.
Asimismo, señaló que actualmente hay 250 colaboradores, de los cuales quedaron con un grupo de alrededor 100 personas, que trabajan en turnos éticos al cuidado de los animales.
Para palear la situación, la institución solicitó tres créditos- con el aval del Estado- y lanzaron cuatro campañas con las que esperan recuperarse económicamente, apostando a la fidelidad y sensibilidad del público.
“No hemos bajado las manos, no podemos hacerlo. Hay especies que están con nosotros y todavía tenemos el centro de rescate…lo que significa que el zoológico sigue funcionando”, agregó el veterinario.
Además de recibir donaciones, el zoológico vende entradas anticipadas o membresías del Club Buin Zoo, recuerdos en su nueva tienda online, y adicionalmente lanzó un programa de apadrinamiento, que se ha convertido en el favorito de los más pequeños de la casa, quienes obtienen un certificado, peluches u otros recuerdos, a cambio de donar un monto único a una especie de su elección.
“Nos permite tener una operación relativamente asegurada a fines de año, pensando que en algún minuto la gente comenzará a visitarnos”, sostuvo el director.
Idalsoaga afirmó, que la respuesta del público ha sido alentadora y les permite hacer proyecciones para reabrir sus puertas.
“Si bien la estamos pasando mal, tenemos un público incondicional, que nos va a seguir acompañando. Que nos está acompañado a través de los apadrinamientos y eso de alguna manera hacer ver la luz al final del túnel. No hemos caído en un pozo profundo, pero estamos en un túnel, donde hay una luz al final”, afirmó.
El dueño de este negocio familiar, detalló que entre los “escenarios más positivos”, esperan poder abrir en septiembre y “recuperar un 30% del público, aumentando un poquito hasta llegar al próximo verano un 75%”.
Aunque la fecha de inicio se ha ido postergando conforme pasan los días, debido a la evolución de la pandemia, señalan que ya están tomando todas las medidas para un retorno seguro al parque.
“Estamos imaginando esta vuelta de la forma más segura para nuestros visitantes, para así tener confianza en que los niños puedan volver a hacer vida en este zoológico”, concluyó el fundador del Parque Zoológico Buin Zoo.