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Expertos analizan el duro escenario en el que queda el Presidente Sebastián Piñera tras votación por las AFP

La aprobación de los diputados al proyecto que permite retirar el 10% de los fondos previsionales deja al Primer Mandatario en una gran encrucijada y con su base política muy desmedrada.

Para nadie es un misterio que el Presidente Sebastián Piñera quedó muy golpeado con la doble derrota que el Gobierno sufrió con las votaciones del miércoles 8 de julio y de una semana después en la Cámara de Diputados, que le dieron el pase a los Senadores al proyecto que permitiría retirar el 10% de los fondos acumulados en las AFP para paliar la crisis económica producto de la pandemia de coronavirus.

Es que luego del resultado de hace una semana, cuando los ministros del Interior, Gonzalo Blumel, de la Segpres, Claudio Alvarado, y de Hacienda, Ignacio Briones, fracasaron en sus intentos de convencer a parlamentarios de Chile Vamos de no sumarse a la oposición, el Primer Mandatario entró de lleno a la gestión para impedir que tal votación se repitiera ahora.

Y otra vez la postura del Ejecutivo fue rechazada cuando ahora fue aprobada en particular la iniciativa que faculta a los cotizantes a rescatar entre un millón de pesos como piso y 4 millones 300 mil pesos como techo.

Tal escenario complica todo lo que viene para Sebastián Piñera, quien sigue bajando en el porcentaje de apoyo popular con un duro panorama electoral por delante, comenzando con el Plebiscito de octubre por la nueva Constitución, las votaciones municipales de abril de 2021 y las parlamentarias y presidencial de fines del año que viene.

Tres cientistas políticos analizaron para Publimetro las consecuencias de lo sucedido en la Cámara de Diputados y visualizan en qué puede terminar el proyecto referido a las AFP y lo que viene para el Presidente.

Según Marco Moreno, Decano de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, “en un país tan presidencialista como Chile hay que asumir que el Primer Mandatario también es quien manda en su coalición, por eso no debería extrañar lo que hizo Sebastián Piñera al involucrarse en la gestión con los parlamentarios. Pero ese era un gran riesgo que él asumió en un juego de suma cero. Y su derrota fue doble: política, porque no fue capaz de ordenar a varios de sus parlamentarios, y e ideológica, dado que el tema de las AFP es clave para el sector que representa. Si el proyecto es aprobado en el Senado, y el Presidente aún no está convencido de promulgarlo tiene dos opciones, vetarlo o de mandarlo al Tribunal Constitucional, ambas con un alto costo político y que se sumarían a su baja aprobación ciudadana. Es que ahora la gente está más atenta y vigila a sus autoridades, un factor clave de cara a las elecciones que vienen y que presionan en exceso a todos los políticos. El escenario es sumamente complejo para el Gobierno, que debe volver a tener el manejo de la agenda”.

Por su parte, Manuel Hadjiconstantis, formado en la UC y quien ahora se dedica a las consultorías, señala que “el capital político del Presidente quedó muy resentido, pues fracasó al involucrarse directamente en una gestión en la que sus principales ministros no funcionaron. Este es un gran golpe para el Ejecutivo y significa en la práctica que hoy no existe coalición de Gobierno. El problema mayor es que, como siempre pasa en el último año de cada Presidente, el inquilino de La Moneda se va quedando solo. No sería extraño que más parlamentarios de Chile Vamos sigan alejándose de las directrices gubernamentales, porque hoy la foto con el Presidente es mucho más cara y lo seguirá siendo. Habrá algunos que continuarán siendo fieles al Presidente, pero a lo mejor a los El Gobierno debe hacer un tremendo esfuerzo para tratar de revertir esta situación, y aunque en caliente se podría pensar en un cambio de Gabinete, eso sería quizás peor”. 

Y José Miguel Izquierdo, Socio Director de Main Comunicación, indica que “el escenario es preocupante, porque el Congreso está mostrando actuaciones inéditas y eso lleva a una preocupante situación política, que puede llevar a un quiebre de la constitucionalidad del país. Se puede pensar incluso en una crisis de gobernabilidad, aunque yo no dudo de las buenas intenciones de los parlamentarios. Quién no va a querer ayudar a la gente que lo está pasando mal, pero el proyecto aprobado en la Cámara es peor a lo propuesto por el Gobierno, y eso lo recalcaron técnicos y expertos de todos lados. La forma en la que se hizo esto no es la correspondiente y el Presidente fue sobrepasado por el clamor de la calle. Él está obligado a tratar de recomponer su liderazgo”.

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