El número de casos confirmados en un nuevo brote de COVID-19 en el extremo occidental de China subió a 17 personas.
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La Comisión Nacional de Salud dijo el sábado que en las últimas 24 horas se identificaron 16 nuevos casos de coronavirus en la región de Xinjiang, además del primero que lo contrajo.
El brote en la ciudad de Urumqi fue el último en aparecer luego de que China contuvo en gran medida la propagación doméstica del virus en marzo. El mayor rebrote fue el que infectó recientemente a más de 330 personas en Beijing.
Las autoridades de Urumqi han reducido el número de metros, autobuses y taxis operativos y aislaron algunas comunidades residenciales, según reportes en medios chinos. Además restringieron las salidas de la ciudad, incluyendo la suspensión del servicio de metro al aeropuerto.
China ha sido acusada de cometer abusos de los derechos humanos en Xinjiang, el lugar de origen de la comunidad étnica musulmana uigur. La región lleva tiempo sometida a extremas medidas de seguridad que Beijing califica de necesarias para evitar actividades terroristas.
Por otra parte, Corea del Sur reportó el sábado 39 nuevos contagios del virus, la mayoría de ellos importados desde el extranjero, para un total nacional de 13700, con 294 decesos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Al menos 28 de los nuevos casos estaban relacionados con llegadas desde el extranjero, explicó añadiendo que otros 18 se registraron en la densamente poblada zona metropolitana de Seúl, que está en el centro de un rebrote que comenzó a finales de mayo luego del alivio de las restricciones.
Las autoridades sanitarias apuntaron que los casos de COVID-19 importados suponen una amenaza menor que los de transmisión local, ya que los primeros pueden detectarse con la prueba y la cuarentena de dos semanas, obligatorias para quienes entran al país.