Mientras las encuestas muestran a un Donald Trump a la baja respecto de sus intenciones de conseguir la reelección como presidente de Estados Unidos, el mandatario culpa al coronavirus de su casa, y apunta sistemáticamente a Beijing como causante de la pandemia y, sobre todo, como responsable del enorme brote en el territorio norteamericano, esperando que tensiones la relación con China le traiga beneficios electorales. A tanto ha llegado el asunto que la noche del martes, el gobierno estadounidense ordenó el cierre del consulado chino en Houston, Texas, lo que llevó a los diplomáticos del país asiático a quemar documentos y papeles en el patio del edificio.
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El Departamento de Estado estadounidense afirma que la acción, de efecto inmediato, es necesaria para «proteger la propiedad intelectual americana» y otra información privada de los ciudadanos norteamericanos.
El senador republicano Marco Rubio, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, afirmó en un tweet que “el consulado chino de Houston es un centro de espionaje masivo”.
«Forzarlo a cerrar es algo que debería haberse hecho hace mucho tiempo», añade el político.
#China’s Houston consulate is a massive spy center, forcing it to close is long overdue.
— Marco Rubio (@marcorubio) July 22, 2020
China condenó enérgicamente la medida, ya que el consulado fue informado de la decisión el martes, en medio de una serie de eventos que han tensionado la relación entre Beijing y Washington.
#China’s consulate in #Houston is not a diplomatic facility. It is the central node of the Communist Party’s vast network of spies & influence operations in the United States. Now that building must close & the spies have 72 hours to leave or face arrest.
This needed to happen.
— Marco Rubio (@marcorubio) July 22, 2020
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El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin, calificó la acción como «una medida indignante e injustificada, que saboteará las relaciones entre los dos países».
“El cierre unilateral del consulado general de China en Houston es una escalada sin precedentes de sus recientes acciones contra China», agregó Wang durante una sesión informativa diaria en Beijing, advirtiendo firmes contramedidas si Estados Unidos no revierte esta decisión y otras tomadas contra su país.
Con el cierre del consulado, todo el personal debe abandonar la legación el viernes por la tarde, pero tras la orden comenzaron a surgir informaciones y vídeos del cuerpo consular quemando documentos y papeles en el patio del recinto.
Los bomberos respondieron a los informes de que se habían quemado documentos en el consulado el martes por la noche, pero se les prohibió la entrada, según informaron los medios de comunicación locales de Houston.
Por su parte, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, viajará a California el jueves, para dar un discurso sobre las relaciones entre Estados Unidos y China en la Biblioteca Nixon. Se espera que Pompeo intensifique los ataques de Washington en contra del país asiático, en un lugar muy simbólico, toda vez que fue la visita del presidente Richard Nixon a Beijin en 1972 la que puso fin a 25 años de aislamiento diplomático de China con respecto a los Estados Unidos, y llevó a la plena reanudación de las relaciones en 1979. También dio la partida a una era de creciente comercio entre los dos países, lo que en sí mismo fue clave para el dramático crecimiento económico de China, en particular desde los años 90.
Estados Unidos, en una breve declaración, no proporciona ningún detalle del porqué el consulado de Texas fue específicamente elegido como objetivo. “No se tolerarán las violaciones de nuestra soberanía y la intimidad de nuestro pueblo”, señala el documento, atribuido al portavoz del Departamento de Estado Morgan Ortagus. “No hemos tolerado (sus) prácticas comerciales injustas, el robo de empleos estadounidenses y otros comportamientos atroces», continúa la declaración.
La medida, sin embargo, podría ser simbólica, considerando que la propiedad de Houston fue el primer consulado chino establecido en 1979, después de que Estados Unidos y China reestablecieran relaciones diplomáticas.
En amenazas de represalias, Wang afirma que los diplomáticos de Estados Unidos. en China participaron en actividades de infiltración. También acusó a los norteamericanos de abrir las valijas diplomáticas chinas sin permiso en múltiples ocasiones, confiscando artículos chinos para uso oficial e imponiendo restricciones a los diplomáticos chinos en octubre de 2019 y en junio. También dijo que la embajada china en Washington ha recibido amenazas de bomba y de muerte, y acusó al gobierno de Estados Unidos de fomentar el odio contra China.
Las tensiones entre los Estados Unidos y China han ido en aumento a medida que el presidente Donald Trump ha visto sus perspectivas de reelección dañadas por el brote de coronavirus, razón por la que ha culpado a Beijing repetidamente de la pandemia. También ha presentado nuevas acciones contra China, incluyendo sanciones y órdenes ejecutivas casi todos los días, contra -lo que Trump ha llamado- «la explotación de América por parte de la superpotencia asiática en ascenso».
Ya esta semana, el Departamento de Comercio ha sancionado a 11 empresas chinas por supuestos abusos de los derechos humanos en la región de Xinjiang, y el Departamento de Justicia dijo que dos chinos robaron la propiedad intelectual para empresas que desarrollan vacunas contra el coronavirus.
El ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, dijo que las relaciones entre Estados Unidos y su país enfrentan el desafío más severo desde que se establecieron las relaciones diplomáticas en 1979, y preguntó si las dos naciones serían capaces de mantener el rumbo después de más de cuatro décadas.