Em plena crisis de salubridad y económica por la pandemia del coronavirus se conoce la autorización de Estados Unidos para la venta de equipamiento para los F-16 de la Fuerza Aérea de Chile por un monto de US$634,7 millones, lo que de inmediato desató cuestionamientos en el mundo político.
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La venta contempla actualizar para las aeronaves de guerra chilenas con una serie de mejoras que contemplan nuevos sistemas de comunicaciones, armamentos, repuestos junto con capacitaciones para personal chileno y pruebas de equipos, según informa la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa (DCSA).
En el mismo comunicado se señala a Chile como «socio estratégico en Sudamérica» para la seguridad de Estados Unidos. “esta propuesta de venta irá en apoyo de nuestras metas de política extranjera y de los objetivos de seguridad nacional de los Estados Unidos, al mejorar la seguridad de un socio estratégico en Sudamérica”, recoge CNN Chile.
Esta información fue criticada por el senador del PS José Miguel Insulza, quien en el matinal de Chilevisión aseguró que “estoy pidiendo una sesión especial de la Comisión de Defensa del Senado para que se diga de qué se trata esto de los aviones e impedir que se haga“.
