La ubicación exacta donde el maestro holandés Vincent van Gogh pintó su última obra ha sido precisada, tras haber estado oculta -a plena vista- durante años entre un enredo de raíces junto a un camino rural, cerca de París. Expertos dicen que el descubrimiento arroja nueva luz sobre el estado de ánimo del angustiado pintor el día en que, se cree, se pegó un tiro.
PUBLICIDAD
Un investigador holandés se percató de que la escena pintada en el último cuatro del artista, “Raíces de árbol”, era visible en la foto de una postal descolorida en la que aparecía un hombre parado junto a una bicicleta en una calle lateral del pueblo de Auvers-sur-Oise, 35 kilómetros al norte de París. Van Gogh pasó las últimas semanas de su vida en el pueblo y terminó decenas de pinturas ahí. Para mayor precisión, la postal incluía el nombre de la calle.
El hallazgo de Wouter van der Veen, director científico del Instituto Van Gogh en Francia, ofrece una nueva mirada a las últimas horas del artista. Quiere decir que los historiadores del arte ahora pueden ver que terminó el cuadro probablemente al final de la tarde, con lo que habría pasado la mayor parte del día concentrado en la pintura.
“Se han multiplicado las conjeturas sobre su estado de ánimo, pero algo que está muy claro es que pasó mucho tiempo trabajando en esta pintura hasta la tarde. Lo sabemos por la caída de luz en la obra”, dijo la directora del museo, Emilie Gordenker. “Así que realmente trabajó hasta el final”, agrega.
La pintura está colgada en el museo de Ámsterdam. Gordenker dijo que su composición y ejecución —con su gran foco en las raíces enredadas en una ladera— han llevado a verla como un “presagio de abstracción”.
Van Gogh no llegó a desarrollar ese estilo.
Según la versión del museo sobre la vida de Van Gogh, luego de trabajar en “Raíces de árbol” el artista caminó a un campo de trigo cercano más tarde ese día y se pegó un tiro en el pecho con una pistola. Murió dos días después, el 29 de julio de 1890, a los 37 años. Dos autores estadounidenses pusieron en duda la teoría en 2011, al sugerir que dos adolescentes le dispararon.
PUBLICIDAD
Van der Veen cree la versión de los acontecimientos del museo y coincide en que su nuevo descubrimiento muestra que Van Gogh mantenía la calma en momentos de crisis y fue metódico en sus pensamientos antes de apretar el gatillo. “Así que sus últimos pasos también fueron algo en lo que pensó cuidadosamente”, analiza. “Fue una decisión lúcida. No fue un ataque de locura”.
Este nuevo descubrimiento se debió, en parte, a la pandemia del coronavirus.
Varado en su casa durante los dos meses de cuarentena en Francia, Van der Veen usó el tiempo extra para organizar sus numerosos archivos y documentos sobre Van Gogh, y digitalizar imágenes como la vieja postal de Auvers-sur-Oise.
Un día a finales de abril, mientras hablaba por teléfono, vio la postal en la pantalla de su computadora y, de pronto, se dio cuenta de que estaba viendo el lugar de “Raíces de árbol”. Junto al hombre y su bicicleta, podrían verse claramente raíces y árboles. “Fue una epifanía. Una revelación”, confiesa. No pudo visitar el lugar hasta semanas después, pero le pidió a un amigo en el pueblo que fuera y también hizo un recorrido virtual a través del programa de Google Street View.
Los aldeanos conocen bien el lugar y la raíz principal de árbol, a la cual han apodado “el elefante” debido a su forma, dijo Van der Veen. “Realmente estaba escondida a plena vista e incluso un poquito disfrazada, como si hubiera asumido otra identidad”, agregó.
El investigador dijo que mientras su descubrimiento les ha dado a los historiadores de arte más para pensar sobre el último día laboral de Van Gogh, también les da a los turistas un motivo adicional para visitar Auvers-sur-Oise. El pueblo francés ya atrae a decenas de miles de visitantes cada año debido a sus vínculos con Van Gogh, quien está enterrado en el cementerio local, junto a su hermano Theo.
0 of 2