Antes de estar confinados, muchos tenían claro cuáles eran sus espacios y en dónde se hacía qué. Al menos, en el hogar, se descansaba y se hacían otras labores que no fueran trabajar, lugar que le correspondía a la oficina. Pero ahora, al estar estos lugares revueltos, ya no hay ni vida social, ni otros escenarios en los que la rutina cambie. Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy
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De hecho, toda ella se junta: hijos, oficios domésticos, tener que hacer cursos, ejercicios y claro, trabajar en la mitad de todo ello. Y más que todo, procrastinar.
Es entendible que en un escenario así haya más distracciones, pero lo que parecía ser una utopía de productividad, para algunas personas se ha convertido en otro espacio más en el que se dilatan las tareas. ¿Qué está pasando?
Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy
“Hay que tener en cuenta que desde el punto de vista psicológico, la procrastinación no está por el hecho de evitar o aplazar la tarea en sí, sino por el hecho de evitar las emociones negativas asociadas a estas tareas. Emociones como el aburrimiento, la confusión, la ansiedad, incertidumbre son reemplazadas por tareas que evocan emociones más agradables”, explica a Metro la psicóloga y docente de Areandina Sheila Pascuales.
Pero también hay otros factores. “Uno, es la motivación: esa tarea se ve como obligación y no algo que se quiere hacer. Segundo, la persona es perfeccionista y por eso siente que no tiene las suficientes herramientas para hacer lo que se espera de ella y hacer un trabajo de calidad. Y tercero, siente que no tiene objetivo o rumbo claro a la hora de hacer el trabajo”, añade.
La práctica no es nueva y se ha estudiado por años. Ahora, pagar los impuestos en la fecha, hacer cosas para lo último… quizás no es solo parte de una sola cultura. Una encuesta de enero de este año del portal Micro Biz Mag, en Inglaterra, cuya muestra fue de mil personas, mostraba que el 84% de esa población mostraba algún tipo de dilación en sus tareas.
Y de hecho, en Google, el término se llegaba a consultar, al menos en lengua inglesa, al menos 22 mil veces al mes. “Cómo dejar de procrastinar”, es la pregunta más formulada. Pero, ¿cómo adaptarla a los tiempos de la pandemia?
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“Particularmente, hablando del trabajo en casa, se suma puede que exista una no aceptación mental de que trabajo y casa deben convivir en el mismo lugar y tiempo. Durante muchos años se trabajó en la mentalidad de que lo laboral y familiar deberían estar separados, que el hogar es el espacio para descansar y compartir con la familia y desempeñarse en otros roles . Eso ha costado, porque las dos cosas deberían convivir armónicamente. Hay muchos elementos distractores en la casa y hay que atenderlos. También hay factores importantes como el hecho de no tener el ambiente adecuado para aterrizarnos y estructurarnos para cumplir una serie de objetivos laborales. Y también está el hecho de cómo actuamos con quienes estaban en nuestra oficina. Ya no están, eso genera frustración y procrastinación. También es importante considerar que los sentimientos que genera el estar confinados en espacio que destacamos en el que debemos hacer parte laboral nos pueden llevar al tedio y no tener elementos hacer separación entre dos espacios nos puede generar todo eso”, añade Pascuales.
Claves
Estas, al menos son algunas de sus recomendaciones a nivel individual para dejar de hacer para mañana, pasado mañana o en un mes lo que podrías hacer hoy:
- Crea un ambiente de trabajo que te aísle de las distracciones.
- Ten un cronograma y muy importante: pausas activas.
- Prioriza objetivos en estas rutinas. Y mantenlas.
- Planifica la jornada de trabajo y manten comunicación con tu equipo.
- Dedícate tiempo.
2 preguntas a…
María Fernanda Carbonell, psicóloga y directora de Gestión Humana de Digital Ware
¿Por qué hay personas que teletrabajando procrastinan?
–Esto puede obedecer a dos factores. Uno, es sobre temas de liderazgo: el líder no tiene la meta clara, no sabe qué transmitirle al equipo y priorizar. Eso se refleja en su equipo, que aplaza sus tareas y no cumple sus labores en un tiempo determinado. Por otro lado, esto pasa cuando las compañías no tienen indicadores claros de medición, con indicadores bastante subjetivos. Si las personas tienen esto claro, saben cuál es su norte y cuál es su punto de referencia.
¿Qué puede hacer la compañía y el trabajador para mejorar esto?
–Es importante el tema de la tecnología dentro de los procesos de Gestión Humana. A través de nuestra herramienta Cactus hacemos el monitoreo de las actividades diarias. Así, creamos un módulo para tener seguimiento y cumplimiento de estas tareas y nos ha funcionado bastante bien. Asimismo, el trabajador debe tener una planeación estratégica desde la cabeza de su proceso y todas las áreas de la compañía deben pasar por esto. Además, el líder debe delegar, pero esto depende de la definición de los roles del equipo y su capacidad. Ahora,por parte del trabajador, parte de lo que puede ayudar es tener horarios establecidos y definidos. Es lo que hemos tratado de hacer con los colaboradores y obviamente no es fácil si se tienen niños muy pequeños. Una solución para este caso y otros es que también se pueden asignar espacios por semanas para no estar con horarios monótonos y para así diluir conflictos de espacios y entregas.
3 apps para dejar de procrastinar
–Trello: Permite postear los trabajos planificados y cada una de sus etapas y procesos. También tiene recordatorios. Disponible en iOs y Android.
-Toggl: Esta app le permite ver cuánto tiempo ha gastado en cada una de sus labores. Solamente hay que activar la aplicación cuando comienza una de ellas y al finalizar, todo queda grabado. También hay reportes detallados. Disponible en iOS y Android.
–Offtime: Básicamente, le quita todas las distracciones a su celular. Mensajes, notificaciones y da excepciones para contactos de emergencia. Usted puede programarlo para que no sea interrumpido a ciertas horas en modo “Trabajo profundo”. Disponible en iOS y Android.