Un efecto positivo de tomar sol es que a través de esa exposición obtenemos gran parte de la vitamina D que necesitamos. Esa prohormona ingresa al torrente sanguíneo hasta llegar al hígado, donde se activa y es vital para varias funciones.
PUBLICIDAD
El problema es que mucho sol perjudica la piel y puede causar cáncer, y además un porcentaje menor de la vitamina D lo obtenemos de alimentos.
Aunque el déficit de vitamina D no es una enfermedad, se relaciona con la predisposición a sufrir fracturas óseas, osteoporosis (porosidad en los huesos, que los hace frágiles y susceptibles de romperse), osteomalcia (reblandecimiento de los huesos) y raquitismo en los niños.
Un estudio publicado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, realizado por especialistas de su Facultad de Medicina, da cuenta de la realidad de la vitamina D en el país, y recuerda que “más de mil millones de personas en el mundo tienen deficiencia o insuficiencia”.
El trabajo se titula “Deficiencia de vitamina D: propuesta de modelo chileno para una política nacional de fortificación alimentaria” .
Los expertos recomiendan usar la leche y el pan “como vehículos parala fortificación con vitamina D”.
Y recuerdan que la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 mostró que “en mujeres en edad fértil se encontró que un 15,9% presenta deficiencia severa, un 36% presenta deficiencia y un 37,1% presenta insuficiencia. Esta situación es más preocupante en adultos mayores, encontrándose porcentajes de 20,9%, 37,6% y 29,6%, respectivamente”.
PUBLICIDAD
“Estos resultados muestran que en Chile un 52% de las mujeres en edad fértil y un 59% de los adultos mayores presenta algún grado de deficiencia de vitamina D. Y otros estudios han encontrado un 61% de deficiencia en preescolares de Coyhaique y 97% en escolares de Punta Arenas”, dice el estudio.
LA VITAMINA D ES BARATA Y NO CAMBIA EL SABOR A LAS COMIDAS
La nuricionista y académica de la UC Carla Leiva fue una de las autoras del estudio, y da cuenta del trabajo que signficó un año de investigación.
-¿Habría efectos secundarios al agregarle la vitamina D al pan y a la leche?
-No, pues es muy estable y no genera cambios en el sabor de los alimentos. La propuesta también es viable desde el punto de vista económico, porque es barata y al usar grandes volúmenes ni siquiera debería significar un mayor costo para el consumidor.
-¿Qué camino debe seguir esta propuesta?
A fines del año pasado le presentamos esta propuesta al Ministerio de Salud. Hemos tenido muy buena recepción y sabemos que esto necesita de tiempo y que también hay que involucrar a los rubros productivos del pan y de la leche. Pensamos que en dos años podría concretarse esta propuesta que desarrollamos a lo largo de un año de investigación.
-¿Cómo han sido experiencias similares en otros países?
-Muy buenas. Por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá y Finlandia empezaron hace décadas con esta clase de fortificaciones alimentarias y los resultados han sido muy beneficiosos. Se ha visto que disminuyen con rapidez los problemas en la población, aunque hay que ir midiendo cada cierto tiempo para ajustar las dosis, lo que nosotros haríamos a través de la Encuesta Nacional de Salud.
-¿Cómo prevé la postura de la industria?
Creemos que será buena y que apoyará. Los pananderos ya tienen la experiencia de agregarle ácido fólico a sus productos, y algunas leches ya están siendo fortifucadas con vitamina D en dosis pequeñas, así es que se podría hacer lo mismo siguiendo nuestra propuesta.
-¿De qué forma se llegaría a lograr lo que ustedes buscan?
-Este lineamiento debe ser traspasado al reglamento sanitario de los alimentos, involucrando obviamente a la industria. Un buen ejemplo para seguir es el de la Ley de Etiquetado, pues hay que adecuar muchos aspectos y comprometer a variados procesos, dado que las harinas y productos lácteos que llguen del exterior también deberían adecuarse a la norma nacional.
LA POSTURA DE LA INDUSTRIA
Desde la Federación Gremial Nacional de Productores de Leche, Fedeleche, su presidente, Eduardo Schwerter, señaló que “como industria tenemos el desafío de seguir desarrollando y lanzando nuevos productos enriquecidas con vitamina D, para llegar a la población de riesgo, pero también para fortalecer la salud de todas las familias del país, más aún ahora cuando se tiene que permanecer mucho tiempo en lugares cerrados, producto del confinamiento por la pandemia”.
Y José Carreño, presidente de la Asociación Gremial de Industriales del Pan, Indupan, dijo que “la idea de fortalecer la harina con vitamina D es una tremenda iniciativa y nos deja con la responsabilidad de sumarnos. El mundo de la panadería siempre ha contribuido con la salud del país, como lo muestra el uso de ácido fólico, la baja del sodio y el trabajo con sustitutos. Sería bueno llevar esta iniciativa como plan piloto a algunas panaderías para luego masificarla”.