Ariana Micaela Romero, de 23 años, era una policía federal y guardia de la Quinta de Olivos, la casa presidencial de Argentina, y en la madrugada del domingo fue brutalmente asesinada por unos motochorros que intentaron robarle a cuadras de su casa, en Quilmes.
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La agente, quien era madre de una niña de dos años, se encontraba con licencia médica y al momento del asalto no portaba su arma reglamentaria.
Según los medios argentinos, Romero salió a un quiosco a cuadras de su domicilio, cuando unos motochorros la asaltaron y le dispararon en el pecho. Los vecinos llamaron a emergencias, y la efectivo de la policía federal fue trasladada a un hospital en estado grave. Sin embargo, los medios del recinto confirmaron el fallecimiento de la joven policía.
Según informó la PF, Romero llevaba un poco más de un año de servicio y hace un par de meses había sido incorporada a la División de Protección de la Residencia Presidencial de Olivos.