La crisis en Bielorrusia continúa. Luego que el líder autoritario, Alexander Lukashenko se negara a repetir las elecciones presidenciales pese a las acusaciones y sospechas de fraude de los resultados, donde se impuso con el 80% de los votos, las protestas han generado una ola de violencia que ha llevado a miles de ciudadanos a ponerse del lado de la oposición.
PUBLICIDAD
El domingo, la capital Minsk, fue testigo de una multitudinaria protesta contra el régimen de Lukashenko: se trata de la octava manifestación consecutiva desde las votaciones de la semana pasada, y que ha puesto en jaque al gobierno de la ex republica soviética donde hasta hace unos meses apenas era posible criticar al régimen en público.
Este lunes el mensaje del líder no se hizo esperar: «Ya celebramos unas elecciones. Hasta que me maten, no habrá otras elecciones”, señaló Lukashenko en declaraciones a trabajadores de una fábrica de tractores y que fueron recogidas por medios locales.
Dicha afirmación polémica de Lukashenko, llega un día después de las protestas en Minsk y de las declaraciones de la líder de la oposición Svetlana Tijanovkaya, quien aseguró estar dispuesta a liderar a Bielorrusia, pidiendo además la creación de un marco legal para garantizar otras elecciones presidenciales.
Lukashenko, quien gobierna desde 1994, recibió el apoyo de Rusia. Desde el Kremlin aseguraron que teniendo en cuenta “la presión ejercida (sobre Bielorrusia) desde el exterior” está dispuesta a prestar la ayuda necesaria para «resolver los problemas».